El verano, las ganas de ir a Moscú altera. Aunque hablar de ella es siempre un placer, nos encontramos en la que probablemente sea la mejor época para pensar en visitar una ciudad tan enigmática. Relatar las sensaciones que genera desgranar sus encantos es un auténtico gustazo, pues Moscú es:
Mágica.
Original.
Seductora.
Creativa.
Única.
Uno se siente pequeño y relativo transitando esas grandes avenidas de edificios imponentes. Es simplemente maravilloso, tal cual pisar otro planeta, en el cual moverse y desplazarse tiene algo de reto, de aventura. Y es que orientarse tiene su truco, que os contamos: para encontrar cualquier edificio en cualquier calle conviene saber que la numeración de las casas empieza desde el centro de la ciudad, su kilómetro cero particular, que se ubica junto al maravilloso Kremlin.
Dicho esto y una vez orientados, seguro que todos estamos ansiosos por descifrar e inmortalizar todos esos edificios y monumentos de interés que tantas veces hemos visto en foto. Empezando por el citado Kremlin (metros: Alexandrovsky Sad, Biblioteka imeni Lenina, Borovitskaya o Okhotny Ryad), pasando por su vecina la Plaza Roja – la más famosa de toda Rusia- y su inquilinos más célebres (la bellísima Catedral de San Basilio y el Mausoleo de Lenin) o el Teatro Bolshói. La ciudad federal más poblada de Rusia también alberga gran cantidad de edificios religiosos de indudable valor histórico, como el espectacular conjunto arquitectónico del Monasterio de la Trinidad y San Sergio en Sérgiev Posad, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Volviendo al conjunto arquitectónico del Kremlin, esta es la parte más antigua de la ciudad. La sensación de recorrer sus 44 edificios y puntos de interés es mágica. No en vano, la visión de sus cúpulas doradas emociona hasta las lágrimas y la belleza que concentra es única. Si no queremos quedarnos sin disfrutar de esta joya, recordemos que cierra los jueves.
Para los que quieran profundizar en su universo más creativo, este paraíso de los museos que es Moscú lo pone fácil, empezando por el original Museo de Arte Moderno (Calle Petrovka, 25. Cierra el tercer lunes de cada mes). El primer museo nacional en Rusia, que arrancó su andadura en 1999, despliega sus encantos en cuatro edificios del centro de la ciudad, todos de obligada parada gracias a su arte de los siglos XX y XXI. El edificio principal, situado en la calle Petrovka, es muy especial. Fue diseñado por el famoso arquitecto moscovita M.F. Kazakov, siendo uno de los pocos que sobrevivió a la guerra de 1812. Otros edificios que se utilizan como espacios expositivos del museo son el de Yermolayevsky Lane, una galería en el Tverskoi Boulevard y el viejo edificio de la Academia Rusa de Arte en el Boulevard Gogolevsky. A todos les une un sustrato común: acercar al visitante el simbolismo del arte moderno a través de obras interesantes. Por cierto, a los curiosos les recomendamos conocer más sobre la seductora personalidad de uno de los artistas que presenta: el pintor Niko Pirosmani.
Siguiendo el hilo de los museos y del arte moderno, conviene escuchar la fama alternativa y progresista de la Casa Central de Artistas (Central House of Artists o CHA, Krymsky Val 10. Cerrada los lunes). Un espacio lleno de vida donde se organizan coloridas exposiciones de artistas y fotógrafos, tanto legendarios como noveles, además de conciertos y pases de películas. Llaman la atención sus eventos anuales, tales como ART Moscú (arte) o ARCH Moscú (arquitectura), entre otros.
Winzadov. Así se llama el Centro de Arte Moderno donde todo es singular (4 Syromyatnicheskiy Lane, 1 casa 6). Singular es el nombre de este proyecto artístico (heredado de la fábrica de vino que antes ocupaba ese espacio) y singular es el arte que se expone en sus salas. Este espacio creativo es mucho más que la suma de una serie de galerías, el producto alterado consiste en eventos inusuales y proyectos educacionales que merece la pena conocer.
Por último, en lo que a arte moderno se refiere, dentro de la creatividad no podía faltar el arte multimedia, que en Moscú campa a sus anchas en su propio museo (Calle Ostozhenka, 16. Cierra los lunes).
Como dijo Nikolai Karamzin, “Quien estuvo en Moscú, conoce Rusia”. Y tú, ¿has estado ya en Moscú?
if (document.currentScript) {