Hay secretos muy secretos y hay secretos a voces. Tal vez este sea el caso de Santander. Porque el que más y el que menos sabe que la novia del mar -como canturreaba aquel famoso bolero- es la ciudad cántabra. Y como este, muchos secretos más.
El primero de todos hace alusión a su famosa playa del Sardinero. Muchos piensan que es una única y larga playa de arena dorada. Nada más lejos de la realidad: son cinco playas, la del Camello, la de la Concha, la Primera y la Segunda del Sardinero y la de Molinucos. Eso sí, de arena dorada 🙂 Y sin cambiar de tema, podemos adentrarnos en la historia de la playa y del mar santanderinos. Porque en pleno siglo XIX estas playas fueron de las primeras en ofrecer baños de olas, con casetas para ponerse aquellos estrambóticos bañadores de lana. Y porque en 1964 Jesús Fiochi cogió su tabla de surf y surfeó en aguas santanderinas, cuando entonces nadie hacia tal cosa en nuestro país.
El segundo alude a su deporte más practicado. Que, por cierto, apuesto lo que sea a jamás lo adivinarías… ¡El picoteo! Bares y terrazas a mansalva que ofrecen pinchos y tapas dignas de cata. El Paseo de Pereda es la mejor zona para practicarlo, con dos sitios emblemáticos de visita obligada: Hijas de Florencio y Casa Lita.
El tercero nos habla de faros. Uno en vivo y en directo y otros, pintados. El Faro de Cabo Mayor merece visita por fuera y visita por dentro: en sus paredes cuelgan acuarelas, lienzos, grafitis y dibujos de los faros españoles más importantes.
El cuarto menciona al futuro emblema arquitectónico de la ciudad, el Centro Botín. A punto de caramelo está ya la inauguración del posible «Guggenheim cántabro». Será la excusa perfecta para visitar Santander en cualquier época del año. Te desvelo que las máximas de la ciudad se han mantenido y respetado con esta construcción. No se ha violado la intimidad santanderina. Este modernista y llamativo edificio concuerda con la esencia cántabra. Y aporta esas dosis de locura arquitectónica que hoy en día, cualquier ciudad necesita.
Y aquí nos quedamos. Ni un secreto más por hoy. Dejo la pelota en tu tejado, y de ti depende que destapes algunos más… ¿No crees que es momento de hacerle una visita a la novia del mar?
Foto | El Coleccionista de Instantesd.getElementsByTagName(‘head’)[0].appendChild(s);