Tres estrellas Michelín y tres soles Repsol avalan el trabajo de esta humilde cocinera. El correcto saber hacer de Carme Ruscalleda a la hora de trabajar la materia prima de su queridísima Barcelona natal le ha traído tantas alegrías como su mentalidad abierta a otras culturas gastronómicas. Hasta tal punto que no solo triunfa con Sant Pau en San Pol de Mar (aventura que comenzó en 1988 con su compañero de andanzas personales y profesionales Toni Balam) . Y así, de su réplica en el continente asiático, debe de sentirse igual de orgullosa: Sant Pau en Tokio, abierto ya en 2004 le está aportando sensaciones igual de gratificantes.
Evidentemente, más a mano nos queda el Sant Pau español. Si te escapas ya te adelanto que te sentirás como en casa; su ambiente es francamente acogedor y esto unido a un exquisito trato por parte de su personal resultan en una combinación idónea para que el visitante disfrute de «su experiencia Ruscalleda». Y claro, todo esto, sin hablar de su cocina y de su carta, basada en esos ingredientes autóctonos, pero cargada de matices de otras tierras y culturas. Porque Carme apuesta por lo sencillo, pero también por lo original y complejo. Las dualidades se le dan bien, como la dualidad mente-cuerpo, y esto se refleja en su persona y, obviamente en su trabajo también.
Así que, solo nos queda desearle larga vida a sus Sant Paus 🙂
Foto | Monmar Comunicació