Llegar a Guadalajara, México, es tener la sensación de que se arriba a un lugar importante. Cuando uno se adentra por primera vez en sus calles, lo que se observa es frenesí, actividad, negocio, modernidad, animación y vida. Mucha vida. En consecuencia, es un auténtico placer poder presentar un diamante en bruto y flamante nuevo destino en código compartido: Guadalajara.
El centro del estado de Jalisco y yo somos viejos conocidos. Lo primero que recuerdo de esa visita es que me pareció (y me parece) una metrópoli de peso. De hecho, comparte junto con Monterrey y Ciudad de México, también destinos Iberia, el podio de las tres ciudades más importantes del país. ¿Sabías que a partir de la década de 1980, Guadalajara emprendió un desarrollo tecnológico único? Muchas empresas internacionales se trasladaron al Silicon Valley Mexicano, un emblema de la sugerente y creativa cultura de la alta tecnología.
Guadalajara por la mañana, un recorrido por su arquitectura
Dicen que sus mujeres son auténticos monumentos (pues tienen fama de ser de las más guapas del país). Bromas aparte, la arquitectura de Guadalajara espera impaciente poder entablar con el visitante una larga conversación y engatusarle con sus encantos, que abarcan desde lo colonial hasta el modernismo. Cualquier paseo turístico por el centro histórico de Guadalajara, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y lugar que invita a ser caminado, debería arrancar en la Plaza de Armas con la visita al mayor exponente de su arquitectura religiosa: la Catedral de Guadalajara (Av. Alcalde 10, zona Centro), considerada una de las cinco más espectaculares de México. La ruta debería proseguir por clásicos de la arquitectura civil, como los vecinos Palacio del Gobierno o Presidencia Municipal. Un recorrido a pie por la zona centro de Guadalajara te puede deleitar con más de 20 puntos de interés. Y eso es solo una zona… y en la ciudad hay muchas más…
Pero si se trata de ver lo moderno de Guadalajara, conviene mirar hacia su futuro como entorno urbano creativo. Así que atento a tres innovadores proyectos que se están cocinando en esas lindes:
La Ciudad Creativa Digital (CCD). Se prevé que este espacio para las personas, para trabajar y generar conocimiento y aprender el uso de nuevas tecnologías se complete en 2015. Se ubicará en el corazón del centro histórico de Guadalajara: el Parque Morelos.
El CCU. Un proyecto que comprende un auditorio para 11.150 personas, un conjunto para artes visuales y escénicas, una nueva biblioteca pública, un museo de ciencias ambientales y un distrito cultural. Albergará complejos residenciales, oficinas, hoteles, escuelas de arte, centros universitarios y un parque temático. Lo firman los prestigiosos César Pelli & Associates, autores de las Torres Petronas de Kuala Lumpur.
El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo. Un edificio de este calibre puede suponer la guinda del pastel creativo de Guadalajara, sobre todo con un proyecto como el de Herzog & de Meuron.
Guadalajara al mediodía, una ración doble de gastronomía y música
En la capital de Jalisco se concentra toda la variedad cultural, musical y gastronómica del estado, incluyendo la birria (un plato de carne sabroso y muy condimentado), el tequila y el mariachi. En realidad, ni el mariachi ni el tequila son originarios de Guadalajara, sino de puntos o regiones cercanas. Sin embargo, la ciudad ha sabido erigirse como tierra de dichas manifestaciones culturales. Y ya lo dicen: “cría fama y échate a dormir”.
El plato más distintivo de Guadalajara es la nada ligera torta ahogada, ¡una delicia de la cocina tapatía! El secreto es el pan, llamado birote salado (una especie de baguette) que solo se hornea allí. Lo rellenan de frijoles, carne de cerdo y cebolla, lo bañan en sabrosa salsa de tomate y después le agregan una segunda salsa que es (¡atención!) muy picante. Dicen que borra la resaca de un plumazo y se recomienda acompañarla con agua de horchata o cerveza. Aunque para saciar la sed, la bebida típica de Guadalajara es el famoso Tejuino. Refrescante y ligeramente alcohólica, está hecha a base de maíz y cuenta con un peculiar sabor agridulce que no deja indiferente. Se bebe con sal y limón o, en ocasiones, con nieve de limón o chile piquín (por el picor pasa a denominarse diablito).
Guadalajara por la tarde, una dosis de eventos culturales
¡Son tantos! Como el otoño se acerca, pensemos en dos excusas para viajar a México y conocer Guadalajara antes de que acabe el año (¡para qué esperar!):
Las Fiestas de Octubre: festival cultural que busca (y logra) incentivar la cultura de Guadalajara. Arranca el primer viernes de octubre hasta el primer lunes de noviembre en el Auditorio Benito Juárez, entre otras localizaciones. Cuenta con un atractivo programa plagado de diferentes expresiones artísticas de esas que a todos gustan: conciertos, danza, jornadas de cine, exposiciones, ballet, talleres y el tradicional palenque.
El Festival Chroma: encuentro de artes audiovisuales que se lleva a cabo a mediado de noviembre, considerado uno de los más dinámicos de México. Ahí es nada.
Guadalajara por la noche, un poco de ocio, baile y diversión
La ciudad cuenta con una más que interesante vida nocturna, plagada de antros (lugares de moda). Desde bares y cantinas como el Bar Américas, donde saborear un buen tequila, a discotecas y clubes nocturnos de vanguardia donde codearse con gente guapa al ritmo de los hits de la música latina y de los temas más bailables del momento. Acércate a Bossé (Av. Patria #1600 Col. Agraria) o al Chicago Theater and Discoteque (Av. Lopez Mateos 525/527 Col Jardines del Bosque).
– Entonces, ¿quieres volar a Guadalajara con nosotros?
– ¡Ey! (*)
(Ey es la forma en la que la gente de Guadalajara dice sí).
Foto: gracias a Chad Fennell
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