Roma es uno de esos lugares clásicos de Europa a los que hay que ir, al menos, una vez en la vida. Si todavía no has ido, tienes que saber qué ver. Y aunque sepas perfectamente lo que te vas a encontrar (Roma es uno de esos lugares que forman parte del imaginario común) nunca viene mal un repaso a los imprescindibles de la ciudad de las siete colinas.
Cinco clásicos de una ciudad clásica
Fontana de Trevi
Sin duda, la fuente más cinematográfica y la más fotografiada de todas las que existen. Al menos es la más famosa fuente monumental de Roma. Y sin duda a ello contribuye no sólo su belleza, sino también el que fuera uno de los escenarios para Vacaciones en Roma, la película protagonizada por Audrey Hepburn y Gregory Peck.
La Fontana de Trevi, situada en la confluencia del cruce de tres calles, es un bello ejemplo de Barroco ideada por Nicola Salvi. Una figura de Neptuno domando las aguas, dos tritones o caballos de mar, protagoniza el telón de fondo de la fuente.
Plaza y Basílica de San Pedro
Aunque propiamente no estén en Roma, como para llegar a la Ciudad del Vaticano, oficialmente todo un estado, basta subir al metro, conviene guardar un tiempo para su visita. Impresionante. La imagen que se tiene de la plaza y de la columnata de Bernini, una perspectiva que casi nos acerca el infinito, con la Basílica de San Pedro, uno de los lugares sagrados más importante del catolicismo, de fondo es de esas que quitan el aliento.
La Basílica de San Pedro es uno de los edificios más grandes del mundo. Tiene una superficie de 23.000 m2 lo que representa, dato curioso, el 7% de la superficie total de Ciudad del Vaticano. Uno de sus muchos tesoros es la famosa Capilla Sextina, la creación de Adán entre sus decorados que ideó el genio de artistas como Botticelli o Miguel Ángel. Y sólo por ella vale la pena hacer la cola necesaria para acceder a los Museos del vaticano.
Foro Romano
La vista sobre el Foro Romano, entre el Coliseo y la Plaza del Campidoglio, es una visión a un pasado, el del Imperio Romano. El conjunto de edificios que lo configuran fue el centro de un imperio, la zona central de la ciudad de Roma que se expandió por todo el mar Mediterráneo hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. La ciudad de un imperio.
El Templo de Rómulo, el de Saturno, el Arco de Septimio Severo, el de Tito, La Curia, la Columna de Foca, o la Basílica de Majencio son algunas de las ruinas antiguas más importantes.
Coliseo Romano
Espectacular. Uno de los restos arqueológicos más icónicos del mundo; no obstante, es uno de los muchos símbolos de la ciudad de Roma.
El Coliseo es un anfiteatro de la época del Imperio Romano, construido en el S. I, y que se encuentra en pleno centro de la ciudad de Roma. Sus números son de récord; un enorme edificio ovalado de 189 metros de largo por 156 de ancho, y de 57 metros de altura, y poseía un aforo de unos 50.000 espectadores que acudían para ver luchas de gladiadores y otros espectáculos públicos. Se usó durante casi 500 años.
Panteón de Agripa
Algo que no debe faltar en tu visita a Roma es disfrutar de la luz que se cuela en el Panteón de Agripa desde el agujero de su cúpula; el Panteón de Roma, cerca de la Fonta de Trevi por la Via di Pietra, es el edificio mejor conservado del antiguo Imperio Romano y, probablemente, uno de los más bellos. Al menos, el escritor Stendhal lo consideraba el más hermoso recuerdo de la antigüedad romana.
Su planta circular le ha dado el nombre popular de La Rotonda y se puede considerar algo así como la casa de todos los dioses de la mitología romana (panteón significa eso, “templo de todos los dioses”).
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