Hace veinticinco años de una noche histórica. El 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín, la frontera que separaba a una ciudad, a un país y al mundo entero. Con su caída el bloque comunista comenzó su desintegración y la política mundial cambió para siempre. De aquella noche se conservan imágenes para la memoria de ciudadanos de Berlín del Este y del Oeste encaramados al muro, rompiéndolo, escalándolo. De aquella noche quedaron fragmentos del muro para el recuerdo, como lo son los que se pueden encontrar en East Side Gallery.
El muro de Berlín como símbolo
Seguramente cuando la República Democrática Alemana construyó, la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, el muro de Berlín, nadie llegó a imaginar que el muro se convertiría en un lienzo para la libertad. Pero lo cierto es que así fue.
Con el tiempo las pinturas de protestas y esperanzas y deseos de libertad fueron llenando la superficie del muro. Los graffiti se convirtieron en el lenguaje de los ciudadanos de la zona occidental. Así, con la caída del muro, Berlín decidió conservar fragmentos para la memoria. Así nació la East Side Gallery, no sólo la galería de arte al aire libre con mayor longitud del mundo, sino todo un símbolo que permanece.
Visitar East Side Gallery
Una visita imprescindible de Berlín es el East Side Galley: es historia viva y placer artístico. En la franja de espacio que va desde Ostbahnhof a Warschauer Straße se suceden 103 murales pintados por artistas de todo el mundo, representando en ellos ideas de paz, libertad y esperanza. Algunos de estos murales se hicieron famosos, como el trabant de Birgit Kinder, el vehículo de bajo coste más común en la República Democrática Alemana (y que hoy se ha convertido en icono de la moda por los productos de la Alemania del Este que se conoce como “ostalgie”); otro de los murales importante es el beso de Breznev y Honecker, los dos dirigente, el primero de la Unión Soviética y el segundo de la Alemania Oriental, protagonizaron uno de los besos más conocidos de la historia y fue pintado por Dinitri Vrubel; o también otros más murales como el Parlo d’Amor del catalán Ignaci Blanc o las famosas cabezas coloridas de Thierry Noir.
Fragmentos originales del muro de Berlín los hay en otros puntos de la ciudad, como por ejemplo en la planta superior de la Torre Kollhoff, donde, por cierto, se puede disfrutar de unas de las mejores vistas de la ciudad, en la plaza Potsdamer Platz, o en el antiguo paso fronterizo Checkpoint Charlie; pero es sin duda, en el East Side Gallery donde encontrar frente a frente con la Historia reciente de Berlín impresiona más.
En uno de los extremos de East Side Gallery hay una pequeña tienda de souvenirs donde incluso se pueden comprar algunos pequeños fragmentos de muro original, aquellos que los mismosciudadanos sacaron del muro a martillazos, para llevarse un recuerdo en forma de llavero.
Para visitar East Side Gallery en Berlín hay que ir a Mühlenstraße. Desde el centro de la ciudad se puede llegar tomando el tren S3, S5 o S7 con parada en Warschauer Str, o, también, usando el metro U1, línea verde.
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