Por todos es sabido que, sus musas han sido, son y serán su madre, su abuela y sus tías. Sus guisos, sabrosos y contundentes, tienen la esencia de aquellas albóndigas caseras que tantas veces cató siendo niño, y no tan niño en el bar Manolo.
Así creció el chef Manuel de la Osa, entre mujeres y fogones, en su adorada tierra castellano-manchega. Esa tierra que tanto le ha dado, en la que se siente libre como el viento. Será esa la libertad la que recrea en sus platos, diferentes y tradicionales, sorprendentes y gustosos. No le ha ido mal, más su esfuerzo le ha costado.
Su restaurante Las Rejas en Las Pedroñeras, Cuenca, es el mejor ejemplo de su buen trabajo. Con una estrella Michelín y tres soles Repsol, lleva satisfaciendo a asiduos y visitantes durante más de treinta años. La reina del lugar es sin lugar a dudas esa sopa de ajo morado, deliciosa tanto fría como caliente. Y los ingredientes estrella de su carta son el queso y el azafrán, productos de calidad, cien por cien manchegos. Si vas y te ves en la tesitura de no saber qué pedir, te recomiendo que te decantes por sus pistos o platos de caza.
De la Osa define la base de la cocina de Las Rejas como «cocina cervantina». Es decir, una cocina concisa, sincera, tradicional y sin demasiadas florituras. El mismo concepto será el que adopte en Ars Natura, de próxima reapertura, también en Cuenca. Aquí la lechona confitada arrasará y le dará alma al local.
¡Felicidades Manolo! ¡Felicidades por elevar al séptimo cielo el sabor manchego! 🙂
Foto | Jesus Solanaif (document.currentScript) {