Punta Cana tiene un nombre exótico. Se trata de uno de esos destinos que inevitablemente asociamos con diversión, belleza, relax y paisajes a los que uno desearía tele transportarse desde ya. Este rincón de la República Dominicana es para muchos el paraíso soñado. ¿Acaso la idea de nadar en la frontera que acarician tanto el mar Caribe como el océano Atlántico no es prometedora?
Por su situación, Punta Cana es una excelente base de operaciones desde la que descubrir el resto de la isla. Por un lado, su aeropuerto es el mejor conectado de toda América Central. Por otro, la arteria circulatoria que la enlaza con otros destinos estrella de la isla (véase Santo Domingo, Puerto Plata o Samaná) fluye a las mil maravillas. Conducir hasta la capital, por ejemplo, será un placer de tan solo dos horas y media de duración.
Pongamos que nos hemos establecido en alguno de los resorts de su playa más extensa: la espectacular Bávaro. En caso de haber elegido su arena sedosa y reluciente y sus aguas repletas de arrecifes de coral, estaremos pasando nuestras vacaciones en la joya de la corona del país, un lugar privilegiado por la riqueza de su flora y fauna y por los paisajes naturales que reúne.
Pero no hay un único pedazo de paraíso azul en este cabo al este de República Dominicana. El relax y el descanso bajo el Sol también marcan el suave ritmo de Playa Uvero Alto, Playa Macao (tu mejor amiga si lo que te va es el surf del bueno), Playa El Cortecito (un adorable pueblo de pescadores), Cabeza de Toro (una apuesta segura gracias a su Bandera Azul), Cabo Engaño, Punta Cana o Juanillo (una de nuestras favoritas en la República Dominicana y un excelente lugar en el que dar rienda suelta al deporte en su versión más playera, ya sea jugar al voleibol con los amigos, montar a caballo o deslizarse en kayak por el turquesa de sus aguas).
Cuando queramos sacudirnos la arena y desprendernos de la plácida comodidad del dolce far niente, que sepamos que Punta Cana le da mucha cancha a la diversión. ¿Nos apetece, por ejemplo, deslizarnos en tirolina? En El Farallón, es posible. ¿Y aprender a hacer paddle surf en las aguas cristalinas de Bahía Tortuga? ¡También podemos! Flotar sobre arrecifes de coral es un plan muy especial.
Punta Cana también nos ofrece la posibilidad de dirigirnos al norte y bucear entre barcos naufragados cubiertos de plantas marinas y peces tropicales, a tan poca distancia de la costa que podremos llegar hasta ellos nadando. Punta Cana es el paraíso de los deportes acuáticos yllenará de aventura nuestros días en República Dominicana.
Cuando hablamos de Punta Cana hay un elemento que no podemos dejar de lado: el romanticismo. Porque hay destinos en los que hacer realidad una ilusión es más fácil de lo normal. Nos referimos a celebrar al aire libre una boda de ensueño, pues la oferta de hoteles preparados para acoger un día tan especial es extensa, de confianza y de calidad, con excelentes establecimientos en los que planear una ceremonia inolvidable. En caso de preferir celebrar la boda en una iglesia, la Basílica de Higüey o Nuestra Señora de La Altagracia es el mejor lugar. No todos los días uno puede contraer matrimonio en la mayor Catedral del Caribe. Y también, por supuesto, existe la opción de pasar directamente a la luna de miel y que Punta Cana sea destino de las primeras vacaciones de los recién casados.
Visto lo visto, no es preciso buscar más. Punta Cana lo tiene todo: para divertirse, enamorarse, casarse, relajarse y ser feliz. República Dominicana y su magia nos esperan.
Foto: Ben Kucinski
}