Florencia y Stendhal

26/02/2015

Si hay una ciudad en el mundo que represente ella sola un arte, toda una filosofía de una época, esa ciudad, sin duda, es Florencia. La ciudad del Renacimiento, una de las ciudades más bellas del mundo, una de esas ciudades donde el arte palpita a cada paso. Tanto es así que Florencia debe ser una de las pocas ciudades con efectos nocivos para la salud, el famoso Síndrome de Stendhal, o también conocido como “Síndrome de Florencia”.

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Visitar Florencia sin síndrome Stendhal

Stendhal en su diario de viaje de Milán a Reggio describió los efectos de esta enfermedad:

“Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme».

Se trata de una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco y vértigo ante la presencia arrolladora de muestras de arte. Pero no os preocupéis, vamos a ir con calma, y para no dejarnos llevar por el estrés demos una vuelta tranquila por el centro de Florencia.

Florencia significa “florecer” y es un topónimo que años después adquirió todo su sentido con el nacimiento del Renacimiento, pues en su núcleo urbano, allá por mitad del S.XIV, fue donde comenzó a manifestarse. Sin el Renacimiento de Occidente no sería igual, o al menos no disfrutaríamos del arte de Miguel Ángel, Giotto, o Leonardo, o Donatello. Desde entonces, Florencia se considera una de las cunas del arte y de la arquitectura. No obstante, su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

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Centro histórico de Florencia

La Piazza del Duomo es nuestro punto de partida. En ella se concentra la máxima representación del Renacimiento en tres edificios que son tres obras de arte. La Catedral de Santa María del Fiore, catedral de Florencia y famosa por su espectacular cúpula, el Campanario de Giotto y el Baptisterio de San Juan forman un conjunto monumental incomparable. A pocos minutos de dicha plaza, uno continúa su paseo (paso a paso y con calma para no contagiarse del terrible mal de Stendhal) hasta llegar a la Piazza della Signora, el otro corazón de la ciudad, y centro de poder desde la Edad Media. Allí se encuentran el Palazzo Vecchio y la Galería de los Uffizi, uno de los museos más importantes del mundo con una amplísima colección de arte que se puede visitar a través de un recorrido por sus salas y galerías, con especial presencia de bellas obras del Renacimiento.

Para contemplar toda la espectacular belleza artística de Florencia, lo mejor es verla a vista de pájaro, desde arriba, con la ciudad a tus pies. Hay una forma de conseguirlo, subiendo los cuatrocientos sesenta y tres escalones que llevan a lo alto de la cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore. Ahí las vistas son las de una ciudad que toma el color del mármol y del marrón de sus tejados, y sólo una advertencia: Es lógico que con tantas alturas aquí sí que notes el vértigo que sintió Stendhal; pero si has seguido paso a paso nuestro recorrido por el centro histórico seguro que será la única vez que el Síndrome de Stendhal se te va a presentar en tu vista a Florencia.

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