Siempre hay formas diferentes de ver. Y es desde estas diferentes formas de ver que tenemos la oportunidad de redescubrir lugares ya conocidos que de otra forma ya no nos llamarían la atención. Sin duda, pedalear sobre dos ruedas nos ofrece una forma de ver los lugares totalmente diferente a la forma de verlos que tenemos al caminar. Por eso, recorrer Oporto en bicicleta puede llegar a ser una estupenda y divertida forma de conocer la ciudad, o de volver a descubrirla.
Ya sé que la propuesta puede parecer cansada, máxime si ya conoces Oporto; el centro histórico se encuentra entre calles con pendientes y escaleras, elementos urbanos que, aunque confieren al centro ese aire tan encantador para descubrir a pie que le valió ser considerado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, no son complementarios con el andar sobre dos ruedas, al menos no el andar divertido y relajado tan diferente al ciclismo de competición. Pero que no se asuste nadie; no vamos a batallar con las Escadas do Barredo, la propuesta de Oporto en bicicleta nos va a llevar por un tranquilo paseo a orillas del río Duero hasta el Atlántico. ¿Dispuestos a pedalear por Oporto?
Recorrido por Oporto sobre dos ruedas
Empieza en el Barrio de la Ribeira, una de las zonas más representativas de Oporto y donde podremos alquilar una bicicleta en alguno de los locales que hay pegando al Duero. En este punto es posible que tengamos que bajarnos de la bicicleta en más de una ocasión debido a la gente que pasea o los pasos que no están adaptados para andar sobre dos ruedas, pero se trata de un breve espacio que tendremos que recorrer así, y, además, es una buena forma de empezar a calentar los motores, es decir, nuestras piernas.
Por la Rúa Nova de Alfándega y, paralelos a uno de esos tranvías tan peculiares de la ciudad, empezaremos a darle a los pedales, dejando a nuestra izquierda el Edificio Alfândega do Porto, actualmente centro de convenciones y exposiciones, y dejando atrás el espectacular Ponte Luis I, ¡el Atlántico nos espera!
Pasaremos por delante del bello edificio del Museu do Vinho Do Oporto, donde si se desea, podemos hacer una primera parada para disfrutar de todo lo relacionado con la industria y la tradición del famoso vino de Porto. Seguimos por el Viaduto do Cais das Pedras respirando la brisa marina mientras le damos a los pedales. A pocos metros encontraremos otro museo donde podemos parar, el Museo do Carro Eléctrico, donde se conserva una gran variedad de piezas del patrimonio histórico-cultural de los tranvías y otros medios de transportes públicos de Oporto.
Pasado el aún, a pesar de ser un puente de los años 60, espectacular arco del Puente da Arrabida, uno de los seis de la ciudad, nos vamos a encontrar con el Farol de Sao Miguel-o-Anjo, cuya construcción data de 1527, siendo el más antiguo existente en todo Portugal. Los faros son una excelente ambientación marina. Y podremos disfrutar finalmente del Atlántico, ese mar que tanto le debe Oporto, algunos metros más allá, junto a otro faro espectacular, el Farol Senhora da Luz. Desde aquí es fácil olvidar el estrés turístico del Centro Histórico de Oporto del que salimos al principio de nuestra excursión.
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