Ser una de las ciudades medievales más bellas de Europa seguro que resulta un reclamo para visitar cualquier ciudad; si, además, añadimos unos canales que la hagan ser conocida como la Venecia del Norte, resultará de un atractivo difícil al que resistirse. Así le sucede a la ciudad de Brujas, la capital de la región de Flandes Occidental, situada a sólo 90 kilómetros de Bruselas, y una de las ciudades más bonitas y con más historia de Bélgica.
Una ciudad llena de puentes
Los puentes son caminos que unen un lugar con otro que de lo contrario estarían separados. Ahí radica la belleza de los puentes, andarlos y desandarlos te permite ir cruzando de un lugar a otro, acercarte y alejarte y ver los lugares desde diferentes perspectivas. En Brujas puedes estar todo el día cruzando puentes. Brujas es una ciudad llena de puentes y decirlo es ya toda una redundancia porque su topónimo «Bryggia», del noruego antiguo, significa puentes. Te explicamos qué hacer en una ciudad llena de puentes, ¿qué hacer en Brujas?
El Centro Histórico
Sin duda la mejor recomendación que se le puede hacer a alguien que va a viajar a Brujas es que se vaya a perder por el centro histórico. Sí, aunque parezca una locura en un blog de viajes mandar a alguien a perderse a un lugar, no deja de tener lógica si hablamos de que el centro histórico de Brujas es uno de los más bellos de Europa y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Aunque reconstruido, mantiene el trazado medieval que hará que caminar por sus calles parezca más un ejercicio práctico de Historia que un paseo urbano.
Recorrer los canales
Si la ciudad está llena de puentes y es conocida como la Venecia del Norte será por algo. ¿Verdad? Pues sí, tan fácil como que dos más dos son cuatro. Si hay puentes y similitud con Venecia será porque hay canales. Brujas está llena de canales que recorren su centro urbano y para hacerlo simplemente hay que dirigirse al Rozenhoedkaai (calle Pandreitje), seguramente el lugar más fotografiado de Brujas, para tomar una de las numerosas barcas que hacen excursiones y que te llevarán por entre puentes de piedra, patos y cisnes y reflejos medievales en el agua, por espacios de verdadero cuento.
Pasear en el parque del amor
El Minnewater es el parque más famoso de Brujas. Pero, en realidad, históricamente su origen fue como puerto de la ciudad; aunque fue decayendo por varios motivos y olvidado hasta que se recuperó para el amor. Así se conoce su lago, Lago del Amor. El Minnewater constituye un agradable paseo, calmado y mágico entre cisnes y, como no podía ser menos, una antigua leyenda: La de la hija de un viejo marinero que prefirió escapar de casa que casarse con un hombre que no amaba.
Ir a la plaza del mercado
Si ya hemos dicho que los puentes llevan de un punto a otro, los lugares de encuentro son, en cambio, las plazas. Y así es desde la antigüedad clásica. La plaza del mercado de Brujas, la Grote Markt, es, como suele ser característico del urbanismo en las ciudades flamencas, el corazón de la ciudad. Esta plaza está rodeada de bellos edificios medievales que son el epicentro del centro histórico. Las características fachadas de ladrillos acabadas en punta de las casas gremiales acompañan la imponente visión del campanario octagonal desde el cual, después de subir 366 escaleras, tendrás una buena visión de la Brujas a vista de pájaro o, mejor, de campana.
} else {