Amor, amor, amor. Hoy hablaremos de amor y de pasión. Amor por Turquía, pasión por el cine… ¿Acaso no sentís que la primavera ya está aquí? ¿No notáis cómo os invaden la energía y las ganas irrefrenables de volar? Adelante pues, ¡solo se vive una vez!
Para muchos viajeros, Turquía representa un primer paso hacia Oriente Medio sin desconectar del todo de Europa, una manera segura de romper el hielo. No existe otro lugar en el mundo donde Este y Oeste se fusionen de manera tan sutil, tan especial. Es un país ciertamente fascinante, al que estamos deseando que deis una oportunidad. Cerramos los ojos y os imaginamos en pleno Cuerno de Oro, atravesando felices el bullicioso Puente Gálata, deteniéndoos a contemplar la hipnótica estampa de esa hilera casi eterna de estilizadas cañas de pescar, grácilmente apoyadas sobre la estructura colgante y a la sombra de sus dueños. Una y mil veces, vuestros pasos os llevarán a recorrer esta artería principal que atraviesa el corazón de Estambul. Una y mil veces se despertará a vuestro paso el claxon de un taxi ofreciendo insistente sus servicios. Y una y mil veces, las vistas sobre la parte antigua de la ciudad os dejarán sin aliento. Creednos: el recuerdo de los minaretes de la vieja Estambul, arropados por la puesta de sol, no os abandonará nunca.
Dicho esto, se entiende que el Puente Gálata haya sido escenario escogido por varias películas. ¿Recordáis la cinta La pasión turca? Estrenada en 1994, sus 112 minutos concentran una ardiente historia difícil de olvidar. Cine español de alto voltaje, rodado en un escenario acorde, rebosante de emociones fuertes. Nos referimos a Estambul, a sus fragancias, sus colores y su deslumbrante exotismo. La escena en la que la protagonista, Ana Belén, decide poner punto y final a su historia y volver a casa se rodó en nuestro puente favorito. El Gran Bazar, el Palacio Topkapi, la Mezquita Azul (todos como máximo a media hora a pie del puente) y las principales calles de Estambul fueron otros de los escenarios del rodaje de La pasión turca.
El Puente de Gálata también contó con su aparición estelar en Desde Rusia con amor (1963), pues es ahí donde James Bond y Tatiana Romanova conversan sobre Lektor, la máquina descifradora de mensajes secretos con la que la agente pretendía canjearse su salida del país. Para muchos la mejor película de la saga, recordemos que en ella envián a Bond a Turquía para ayudar a desertar a Romanova, empleada del consulado soviético en Estambul.
Desde los alrededores del Puente Gálata zarpan los ferris que circulan por el Bósforo. Se trata de una excursión de lo más recomendable que, al igual que Sean Connery y Daniela Bianchi en la película, al sol y con mucho glamour, cubriendo ella su cabeza con un bonito pañuelo azul y él con un elegante sombrero verde, no os deberíais perder. ¿Nuestro consejo? Incluso en los meses más cálidos, llevad algo de abrigo, ¡durante la travesía puede llegar a refrescar bastante! Queremos que disfrutéis cómodamente de las vistas del Palacio Dolmabahçe (el edificio más grande de Turquía), la Torre de Leandro, los puentes colgantes, la fortaleza Rumeli Hisarı y las impresionantes mansiones que salpican las orillas del estrecho de Estambul.
El rodaje de Desde Rusia con amor arrancó el 1 de abril de 1963 en la basílica de Santa Sofía. A escasos metros de esta joya de la arquitectura bizantina se rodó otra escena memorable del filme: la persecución que discurre por las Cisterna de Yerebatán o Cisterna Basílica (Alemdar Mh., Yerebatan Cd 1/3), una construcción subterránea del tamaño de una catedral que, como su nombre en turco indica, se asemeja a un deslumbrante palacio sumergido. Su atmósfera es mágica.
Tras un día de turismo por Estambul, es momento de reponer fuerzas y degustar manjares turcos. Una opción de cine puede ser acercarse al barrio más antiguo de la ciudad, Sultanahmet. Allí, en el número 9 de Yerebatan Caddesi y a escasos metros de Santa Sofía y de la citada Cisterna de Yerebatán se halla la bonita casa de madera que acoge House of Medusa, un restaurante famoso, además de por su excelente cocina otomana, por ser centro neurálgico del rodaje de La pasión turca.
Celebremos que Iberia vuela al corazón de Turquía y que es primavera. Pero que la fiesta sea en Estambul, ¿no?
Foto: Lorena Suárez
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