¿Pensando en darle una oportunidad viajera a la Gran Manzana? Que sepas entonces que esta temporada viene cargada de un montón de esperadas novedades y que queremos que seas el primero en vivirlas. Demos una cordial bienvenida a flamantes incorporaciones como el observatorio del One World Trade Centre y a la nueva sede del Whitney Museum of American Art, en el barrio más fashion (el Meatpacking District). Repasemos juntos los nuevos motivos para darse una vuelta por la ciudad que nunca duerme.
Meatpacking district
Los desayunos en Nueva York son un auténtico festín. En el país de las raciones generosas, empezar el día con energía es casi una obligación, un auténtico ritual. Te recomendamos que dejes los cafés para llevar para los que trabajen, que les rindas un homenaje a tus vacaciones y que te sientes a disfrutar de primeras comidas del día como las del Hudson Café (628 Hudson Street), con platos bonitos y poblados que hablan por si solos. Y prosigamos.
A continuación, al cercano Meatpacking District hemos de ir. Es momento de dejarnos envolver por la brisa del río Hudson, recorrer sus anchas calles y reflejarnos en los escaparates de los diseñadores de renombre mundial. Este barrio sofisticado, antaño núcleo de mataderos y fábricas, es perfecto para pasar un día entre primeras marcas, espacios verdes únicos en el mundo y cultura de la buena.
Aquí llega su visita de interés más reciente e imprescindible. Nos referimos a la nueva sede del Museo Whitney de Arte Americano, que viste el número 99 de la calle Gansevoort para impresionar. Desde el 1 de mayo, el edificio “para-todos-los-gustos-y-colores” de Renzo Piano acoge la exposición inaugural titulada «America is hard to see», una colosal muestra que engloba 115 años de arte estadounidense y que hasta el 27 de septiembre, llenará de color sus salas bañadas por el sol. Únete a alguna de las visitas guiadas gratis, de horarios cambiantes según el día. Los viernes, de 19 a 22h, el Whitney te invita a entrar y pagar solo lo que quieras. Nice!
El Meatpacking District es además puerta de entrada a un favorito de todos: el High Line. Un inteligente ejemplo de reconversión de las antiguas vías del tren, transformadas en una zona verde elevada y cubierta de una estudiada vegetación.
Al High Line se va a pasear, a dejarse llevar por este parque que discurre por el oeste de Manhattan y con vistas al Hudson. De día, el paseo da para unas horas, entre paradas para fotografiar las emblemáticas avenidas de la ciudad que se suceden a ambos lados del camino, intuir los railes entre la arquitectura y diseño de las plantas, comprar regalos en las tiendas y tenderetes que salpican sus rincones, picar algo en el Chelsea Market y hacerse una selfie con el Empire State Building de telón de fondo. Y de noche, los martes (21h.) son para observar gratis el cielo estrellado de Nueva York, a través de los telescopios profesionales que se instalan en la West 14th Street.
Y hablando de novedades, si viajas esta primavera/verano 2015, verás cómo el High Line ha pegado el estirón definitivo. A finales de 2014 se inauguró la tercera y última etapa de este espacio vivo: el High Line at the Rail Yards. ¿Te ha gustado lo que has leído? Si te apetece dejar huella, desde 25 dólares podrás ir más allá adoptando una de sus plantas.
Para rematar un viaje de tendencias, subiremos al bar Boom Boom Room, en lo más alto del hotel The Standard High Line (848 Washington, en la 13th Street). Cualquier hora es buena para dejarse deslumbrar por su gente guapa y sus estupendas vistas a la ciudad.
Financial District
Otro día en Nueva York, otra mañana de emociones. El 29 de mayo de 2015 pasará en los anales de la historia como la fecha en la que el observatorio del One World Trade Center abrió sus puertas al público. Este soberbio mirador, encaramado al rascacielos más alto de Estados Unidos, es algo más que unas vistas bonitas por 32 dólares. Se erige como símbolo para una nación y, junto al vecino museo 9/11 Memorial (180 Greenwich Street), viene a llenar el profundo vacío emocional dejado por la dramática desaparición de las Torres Gemelas.
La entrada al museo del 11-S es gratis para todos los martes de 17 a 20h. Una experiencia conmovedora a la que merece la pena dedicarle un par de horas.
Y al caer la noche en Manhattan…
… las emociones continúan. ¿Cómo? Rematando un día inolvidable con un musical. Triunfan nombres como “Beautiful”, el musical de Carole King, “Matilda” o los últimos meses de “Mamma Mia”, que en septiembre de 2015 gritará un “hasta siempre, Broadway”.
¿Buscas algo más casual? Sumérgete en el mundo clandestino de los bares secretos de Manhattan. Estos locales camuflados, conocidos como “Speakeasy bars”, no se anuncian. Ni luminosos en su fachada, ni nada más que una fachada despejada. Solo una carta de cócteles de pro y mucho rollo, como el de Little Branch, en pleno West Village (20 7th Avenue South) y con Scarlett Johansson entre su clientela.
Lo dejamos aquí. Intentar explicar por qué Nueva York es una ciudad creativa es casi absurdo, ¿no? Y con estas novedades sobre Manhattan, ya no tienes excusa para no volar con Iberia y estar a la última.
Foto: Marita Acosta
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