Muchas veces vivimos en la inopia: el abanico de planes alternativos con los más pequeños de la casa es tan amplio que uno no sabría ni por dónde empezar. Hoy toca el turno a Griñón y su Pequevial.
Griñón está a menos de 30 kilómetros de Madrid. Su acceso a la capital es excelente. Ya sea en coche particular, ya sea en transporte público, la comunicación es muy buena. En media hora o incluso menos te plantas en la ciudad. Por este motivo, no resulta nada descabellado decidir ir a pasar el día a Griñón aunque vivas en Madrid o estés de paso en la ciudad. Además, esta comarca que ocupa parte de la zona suroccidental de la Comunidad de Madrid, tiene un «no sé qué» nada desdeñable que bien se merece un paseo una vez allí.
Dicho esto, nos movemos ahora hasta el Paseo de la Mina número 9, en Griñón, ¡cómo no! Y ahí nos encontramos con Pequevial, un espacio pensado para los más pequeños, del que, os aseguro, saldrán maravillados. La filosofía de esta curiosa propuesta no es otra que entretener y divertir a los niños mediante la inculcación de valores viales y mediambientales. Utilizando las bases de una metodología activa y participativa, los niños aprenderán y pondrán en práctica lo aprendido apenas sin darse cuenta. Puede que el verdadero encanto de este método resida ahí ¿no? ¿Y sabéis qué es lo mejor de todo? Pues que desde los tres años (edad a partir de la cual los niños pueden participar en Pequevial) los niños empiezan a ser conscientes de que existen unas normas y unas conductas a la hora de conducir o de cuidar nuestras ciudades que todos deberíamos respetar y poner en práctica. Dicho de otro modo, estamos concienciando a futuras generaciones en cuestiones francamente importantes.
Hay actividades y talleres para todos los gustos: zona de bolas, castillo hinchable, teatro, huerto urbano, circuito de coches y motos, talleres culinarios, de disfraces o de experimentos, etc. Además, Pequevial te ofrece la posibilidad de celebrar aquí un cumpleaños bien diferente o que los peques pasen el verano en alguno de sus campamentos.
Definitivamente, está claro que la diversión es cien por cien compatible con el aprendizaje.
¿Tú qué opinas?
Foto | wakalani
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