Frida y Diego, o Diego y Frida, o tanto monta monta tanto, que el orden de los productos no altera el resultado; pero pongamos que Frida y Diego se amaron tanto, se admiraron, se envidiaron, castigaron, enfadaron, y reconciliaron tanto, con tanta intensidad, que las huellas de su relación todavía perduran en México DF, la ciudad de Frida Kahlo y Diego Rivera. Una de esas parejas famosas, al estilo de Dalí y Gala, o Sartre y Simone de Beauvoir, que han quedado en el imaginario común, y que en cierta forma, al mencionar a uno, hay que mencionar al otro porque si no parece que falta algo en la frase.
Las huellas de ambos, en la ciudad de México, son claras y profundas, y se pueden seguir desde la Colonia Del Carmen, en la delegación de Coyoacán, hasta la colonia de San Ángel, en la delegación de Álvaro Obregón.
Dos artistas apasionados
Tanto Frida Kahlo como Diego Rivera son dos de los artistas más universales de la cultura mexicana. Cuando ambos se conocieron desataron una pasión que les acompañó hasta la muerte:
«Yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me ha pasado en mi vida ha sido mi amor por Frida»
Estas son las palabras que pronunció Diego Rivera al enterarse de la muerte de Frida Kahlo. A pesar de la relación tormentosa, de las infidelidades de ambos, de los enfados y abandonos, nunca dejaron de amarse.
La Casa Azul
Frida Kahlo no disfrutó nunca de buena salud. Una temprana poliomielitis a la edad de seis años, y un terrible accidente más tarde, la dejaron atada al dolor y a la enfermedad de por vida. Antes que rendirse, Frida, luchó esperanzada y se refugió en el arte. En el arte y en Diego Rivera. En la Casa Azul, en la delegación de Coyoacán, en la Colonia del Carmen, un barrio donde pasear es un agradable ejercicio recomendable, se encuentra el personal mundo de Frida, ese mundo artístico que le ayudó a enfrentarse a los dolores físicos que le acompañaron hasta la muerte.
Visitar la Casa Azul, el conocido Museo de Frida Kahlo, es hacer un viaje al mundo íntimo de Frida y, también, de Diego. Es uno de los museos más visitados de la Ciudad de México, con 25 mil visitantes al mes. A través de varias salas y del jardín de la casona de Coyoacán, somos testigos de su evolución pictórica, de la biografía, la historia artística de México y de la tormentosa, pero también feliz, relación sentimental que mantuvieron ambos.
El Estudio de Diego Rivera
La obra de Diego Rivera se puede contemplar en diversos puntos de Ciudad de México; pero visitar el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, en la artística y bohemia Colonia de San Ángel, ofrece una perspectiva novedosa sobre su trabajo. Diego Rivera es el muralista más famoso de la escuela mexicana, su ideología comunista y algunos datos de su vida privada hicieron de él una celebridad en vida. En 1929 contrajo terceras nupcias con Frida, y a su vuelta a México quiso que ella le acompañara cerca, por lo que encargo tres casas-estudio al arquitecto Juan O’Gorman, aunque Frida siempre se sintió más cómoda en su casona de Coyoacán.
Entrar en la casa estudio de Diego Rivera es comprender todos los símbolos, la cultura popular mexicana que adaptó y defendió como rasgo personal, la ideología que defendió incluso por encima de su propio arte, la vida íntima, su cama, su aseo, su Frida, tan presente en todos los rincones.
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