Para quienes no concebimos una vida plena sin viajar, sin descubrir nuevos lugares, el hecho de recorrer un nuevo país llega a convertirse en una experiencia tan vibrante que la preparamos desde semanas antes de comenzar la aventura. Este estudio a fondo elimina parte de su espontaneidad, de acuerdo, pero también permite descubrir ciertas oportunidades que quizá no surgirían de otro modo. Y una de ellas es, sin duda, la posibilidad de alojarse en sitios fuera de lo común; hoteles que, independientemente de su ubicación, suponen una poderosa atracción por sí mismos. ¿Nos acompañas en nuestra ruta por algunos de los hoteles más curiosos de los #DestinosIberia en Latinoamérica?
¿Un punto de salida para nuestro recorrido? Nos vamos al Cono Sur. ¿Imaginas algo más romántico que disfrutar del atardecer sobre una habitación flotante? El hotel Laguna Garzón, a unos kilómetros de Punta del Este, en Uruguay, ha sido concebido para permitir un estrecho contacto entre el hombre y la naturaleza, permitiendo estampas realmente espectaculares. Tiene una capacidad de sólo doce habitaciones.
La provincia de Mendoza es el principal centro vinícola de Argentina. Aprovechando el boom de los últimos años, que ha permitido al país convertirse en el primer productor de vinos de América Latina, surgieron iniciativas como el Hotel Champagnerie Casa Margot: un exclusivo alojamiento que cuenta únicamente con dos lujosas habitaciones ubicadas dentro de una bodega, en una finca de 27 hectáreas. Su arquitectura con techos abovedados conserva la esencia de las antiguas cavas de champagne. ¿Hay algo mejor que saborear unos buenos caldos sobre el terreno?
Chile cuenta con interesantes alternativas a la hora de alojarte en lugares únicos, los hay para todos los gustos. El EcoCamp Patagonia, ubicado en el extremo sur del país, ofrece al viajero un diseño basado en antiguas moradas indígenas. Aquí, la relación con la naturaleza llega a ser plena, erigiéndose además en un referente del ecoturismo al emplear energías renovables. El Hotel Antumalal, más sofisticado, fue diseñado en la ladera de un volcán como tributo a la arquitectura Bauhaus, con formas estilizadas que se integran completamente con el entorno. Pero si hay un alojamiento curioso en Chile, ése es el Montaña Mágica Lodge. Aunque parezca una montaña natural, lo cierto es que fue construido con materiales ecológicos por artesanos de la zona. Su peculiar forma y la cascada que recorre las ventanas del hotel se deben a la pureza del agua de esta zona de la Patagonia y a su ubicación en un área declarada Reserva de la Biosfera.
El Hotel Unique de São Paulo, como ya avanza su propio nombre, es uno de los edificios más vanguardistas que podemos encontrar en Brasil. Su fachada en forma de curva rememora las veces de un transatlántico sustentado por dos placas gigantes que llegan hasta el suelo, un diseño que le ha valido para alzarse con numerosos premios arquitectónicos. Es un hito en la ciudad. Tampoco se queda atrás el Ariau Amazon Towers, en Manaus, al norte del país, un gigantesco complejo de siete torres elevadas varios metros sobre el suelo y conectadas por ocho kilómetros de pasarelas. Ubicado en plena selva del Amazonas, el sonido de la naturaleza virgen y la luz de las estrellas harán de tus noches una experiencia única.
En Panamá se encuentra uno de los alojamientos más curiosos que vas a poder conocer no sólo en Latinoamérica, sino en el resto del mundo. El Canopy Tower es desde 1997 un privilegiado hotel-observatorio, pero durante los años de dominio estadounidense fue una enorme torre de radar en mitad de la selva. No en vano, está considerado uno de los mejores hoteles naturales del mundo. Su extraordinaria ubicación te permitirá divisar desde lo alto el Canal de Panamá y el horizonte de la capital, así como convivir con la gran diversidad de flora y fauna del país, una de las más ricas del planeta. Los observadores de aves tienen aquí un rincón de peregrinación obligado.
¿Imaginaste alguna vez pasar una noche en un avión, pero sin volar? ¿Y en una auténtica casa en un árbol? Costa Rica ofrece opciones que te dejarán con la boca abierta. El Hotel Costa Verde pensó en remodelar un antiguo Boeing 727 y crear un hotel realmente ambicioso: en él encontrarás una lujosa suite recubierta de madera, con dos dormitorios creados en el fuselaje de la aeronave que planean a cincuenta metros de altura. Incluso, dispone de una terraza para poder disfrutar del entorno natural con vistas al mar. Por su parte, la Casa del Árbol Nido de Lapa tiene el honor de ser una de las más extravagantes del mundo. Consta de seis pisos, cuatro habitaciones y dos baños construidos sobre un gran árbol a 18 metros de altura. Está ubicado en Puerto Jiménez, al sur del país, en plena selva tropical.
Pero, sin duda, México se lleva la palma en lo que a hoteles curiosos se refiere. En el pueblo mágico de Tepoztlán, a una hora al sur del DF, además de disfrutar de un entorno privilegiado podrás dormir dentro de una tubería. Sí, has leído bien. El Tubo Hotel lo conforman enormes tubos de hormigón reciclados en forma de pirámide. En la ciudad de Zacatecas, al norte de la capital, es posible alojarse en una auténtica plaza de toros: el Hotel Quinta Real extiende sus habitaciones de arquitectura colonial alrededor de un coso taurino, que hace las veces de patio principal.
Por supuesto, hay opciones alternativas en México para aquellos viajeros que deseen disfrutar de la naturaleza en plenitud: el Hotel Endémico, casi en la frontera con Estados Unidos, está construido en lo alto de una montaña sobre el Valle de Guadalupe, una característica que le permite ofrecer vistas de ensueño. Son veinte habitaciones independientes de 20 m² cada una, elevadas sobre estructuras de acero que evitan la erosión en el sistema. Tampoco es nada común la Casa Caracol de Xilitla, en el estado de San Luis Potosí, al norte del Distrito Federal: sus tipis al más puro estilo far west están ubicados las Pozas de sir Edward James, unos asentamientos y cascadas de agua natural rodeados por una extensa vegetación y unas excéntricas estructuras creadas por este mecenas escocés. Un enclave surrealista que no te dejará indiferente.
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