Algo me dice que los ojos del cine no se han fijado lo suficiente en mí. Las luces y las cámaras apenas han entrado en acción en mis rincones de interés y apuesto que, por poco conocidos, al turista con capacidad de sorpresa le resultarían muy, muy atractivos.
Lo que escuchamos es la voz de Guatemala. Aunque el país no destaque precisamente por haber sido localización de películas de renombre internacional, en su geografía brillan con luz propia escenarios dignos de ser decorado de cualquier gran pantalla.
Ciudad de Guatemala
Al habla la capital. Ocupo un territorio al centro-sur de Guatemala y mi clima es suave y primaveral todo el año. Mi ombligo es el centro histórico, lo que mis habitantes denominan zonas 1, 2 y 3, y lo llenan rincones que el cine adoraría.
En Ciudad de Guatemala nos marcaremos un recorrido por sus mejores localizaciones. Una secuencia clásica arrancaría en el corazón de la urbe, con una panorámica de la Plaza Constitucional flanqueada por el Palacio Nacional de la Cultura y la Santa Iglesia Catedral Metropolitana. El primero, marca el kilómetro 0 para todas las carreteras que salen de la capital hacia las cabeceras departamentales de la República de Guatemala. La segunda, símbolo del fervor religioso de país e impecablemente conservada, es una joya religiosa sumamente fotogénica.
La siguiente escena se rodaría a unos pasos, en el colorido Mercado Central de la zona 1. El lugar es la oportunidad idónea para comprar artesanía y sumergirse de paso en el producto local, entre frutas exóticas y demás abastos típicos de Guatemala. ¡Que se note que estamos en América Latina!
Otro rincón auténtico de Ciudad de Guatemala es el popular Paseo de la Sexta, fruto de un proyecto que ha devuelto su esplendor a una avenida solo para peatones. Este pulmón verde de la ciudad otorga al viajero un merecido descanso durante su ruta por los atractivos turísticos de la capital, y vale la pena disfrutar de su ambiente.
Por último, entre toma y toma nos escaparíamos unas horas para acercarnos a dos cosas muy curiosas de ver en Ciudad de Guatemala: el mapa en relieve del país, una joya de ingeniería y arte; y el Cementerio General de la Ciudad de Guatemala, otro rincón de lo más cinematográfico.
La Antigua Guatemala
Soy una ciudad única en el mundo, y uno de los destinos turísticos más visitados de Guatemala. Vivo a merced de los volcanes y en 1773, un terremoto con nombre de santa se encargó de destruirme. Renací de entre las cenizas, aunque solo parcialmente, y poco más de dos siglos después (en 1979), los de la UNESCO me declararon Patrimonio Mundial Cultural y Natural. Curiosamente, una de las cosas que más les gustaron de mí fueron mis heridas, es decir, mis variadas iglesias en ruinas.
Antigua Guatemala conserva el encanto de sus calles empedradas. A una hora en coche de la capital del país, la ciudad colecciona un buen número de espectaculares ruinas, todas de película: las de la iglesia y convento Santa Clara, de la Compañía de Jesús, del convento de las Capuchinas (2 Av Norte at 2 Calle Oriente) o las del antiguo convento de San Francisco (7 Calle Oriente and 1 Av. Sur).
Fue capital del reino en tiempos de la colonia española y hoy, aunque despojada de su corona, sí representa la belleza en lo imperfecto, en los vestigios, en la más maravillosa de las decadencias. Su monumento más visitado es el Arco del Antiguo Convento de Santa Catalina (5 Av. Norte and 2 Calle Poniente), rodeado de pequeños restaurantes y tiendas de artesanía. Se halla en pleno paseo hacia la iglesia de La Merced, una de las más admiradas de Antigua. No muy lejos se despliega la plaza de la renovada Catedral de San José, y de ambos templos dicen que rivalizan en belleza, que serían dos localizaciones perfectas.
Un consejo. De entre las muchas cosas que se pueden hacer en La Antigua Guatemala, una de las más típicas consiste en descansar al sol en el Parque Central. El plan es perfecto: sentarse en alguno de los bancos de la Plaza Mayor, ver el mundo pasar, respirar el ambiente de la ciudad y admirar los atractivos que salpican sus cuatro puntos cardinales: La Catedral de San José, el Palacio de los Capitanes o el Palacio de Ayuntamiento.
Finalmente, uno no puede abandonar Antigua Guatemala sin haber disfrutado de una increíble panorámica sobre la ciudad. Nos referimos a la escena en la que el protagonista dice adiós con el corazón a la silueta mágica del inactivo Volcán de Agua (3.766 metros). Las mejores vistas son las del mirador del Cerro de la Cruz, accesible a pie -media hora en cuesta- o en “tuc tuc”.
Livingston
Boca Barra de Río Dulce. Ahí desembocan las aguas que bañan esta singular población guatemalteca, solo accesible por mar. Acabaremos, para los que dispongan de más tiempo y gocen con la aventura, con una extensión del viaje que nos llevará hasta nuestra próxima localización: Livingston (Izabal). Su peculiar filosofía de vida (que mezcla en su guión original personajes como la paz, la diversión y la fiesta) da para escenas, acciones y diálogos muy de cine.
En Livingston rodaremos nuestra escena final. Nos despediremos de Izabal con un “Fresco de Pepita” en mano, es decir, con una bebida refrescante típica de la zona. Lo haremos en la paradisiaca Playa Blanca, mientras rozamos con los dedos la arena blanca y cálida de su orilla.
Así es Guatemala: un destino que habla al viajero con voz propia. ¿Cuándo vuelas con nosotros?
Foto: Vasse Nicolás, Antoine8
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