El lado más cosmopolita de una Navidad en Praga

17/12/2015

Navidad en Praga

Navidad, blanca Navidad en Praga. Entre mercados pintorescos y calles nevadas, son muchos los momentos creativos que ofrecen unas vacaciones navideñas en Praga. Daremos rienda suelta a la creatividad y a los originales planes que la capital ofrece, experiencias para todos, viajen solos, en pareja, con amigos o en familia.

Como ya hemos mencionado, la joya histórica de Europa es una de las ciudades más atractivas del mundo, aun más si cabe en su momento festivo por excelencia: la Navidad en Praga.

“Nos vemos el sábado, 28 de noviembre, en la plaza de la Ciudad Vieja”. Así nos citaremos en La madre de las ciudades, si queremos quedar para ser testigos directos de su puesta de largo, de cómo encienden sus luces navideñas. Tan ceremonioso evento incluye contemplar extasiados cómo el gran árbol de Navidad de Praga se ilumina por vez primera. 

Existen pocos puntos de encuentro tan especiales. La Plaza de la Ciudad Vieja, en pleno barrio de Staré Město, es algo así como el corazón de Praga, y su sangre circula por atractivos turísticos como la torre del Ayuntamiento -con el mundialmente famoso reloj astronómico-, la importante iglesia de Týn, la exquisitamente barroca iglesia de San Nicolás y las numerosas casas de colores que salpican tan interesante rincón de la ciudad de las cien torres. 

Una vez estrenada la Navidad, ansiamos recorrer esos mercadillos tan típicos de la época. Entonces, la duda surge: ¿a dónde dirigir nuestros pasos?

La feria de Navidad de Praga, en Staroměstské náměstí, responde a nuestra pregunta viajera. Estamos ante la mayor en su estilo de la República Checa y una de las más famosas de Europa, ¡menudo espectáculo para grandes y pequeños!

Junto a este, de la plaza de la Ciudad Vieja, los mercadillos navideños más conocidos de Praga son los de las plazas Havelské, Wenceslao (Václavské), la plaza de la República, plaza Míru y el recinto ferial de Holešovice. La compra de artesanía típica y la degustación de especialidades gastronómicas de Navidad son ambas prácticas muy saludables, a la vez que recomendables, del turismo creativo, y en los alegres puestos callejeros encontraremos de todo un poco: decoraciones y adornos navideños, velas, dulces, pan de miel y pequeños regalos.

Hablando de planes gastronómicos creativos, en Praga los hay tanto de altos vuelos, como más clásicos y recatados. Se levanta el telón y, a un lado, vemos los restaurantes Alcron (en Štěpánská 623/40) y La Dégustation Bohème Bourgeoise (en Haštalská 753/18), que con el pecho henchido portan cada uno su respectiva y resplandeciente estrella Michelin. Al otro lado del escenario, un grupo de establecimientos se afanan en preparar platos de la cocina típica checa. ¿Una pista para saber identificar estos últimos fuera de las bambalinas? Elegir los del sello “Czech Specials”, es decir, agradables locales donde la tradición se sale con la suya y que sirven especialidades tan diversas como salsas varias con carne, albóndigas de harina o patata, asados de aves de corral, pescado de agua dulce y bollos dulces.

Siguiendo con el espíritu creativo. Los viajeros inquietos a los que una visita cultural les sienta bien, seguro se estarán preguntando si hay algún museo nuevo en la ciudad. Para novedades en Praga, sepamos todos que existe un punto de estreno en el mapa turístico de la ciudad. Hagámosle hueco y visitemos la Villa Rothmayer, porque transitar por una casa museo es siempre un buen plan (que requiere, en este caso, reserva previa con al menos tres semanas de antelación).

Otto Rothmayer fue un famoso arquitecto checo del siglo pasado. Insigne, entre otras hazañas, por haber participado en la reconstrucción del Castillo de Praga, su casa familiar está considerada como una de las obras maestras del funcionalismo checo. El jardín, misterioso e inspirador, hace las veces de fantástico envoltorio a este museo situado en el barrio de Střešovice, en Praga 6 (U Páté baterie 896).

Este nuevo espacio cultural es fácilmente accesible en metro, tomando para ello la línea A hasta las estaciones ‘Hradčanská’ o ‘Petřiny’, para a continuación conectar con el tranvía 18 o 1 hasta la parada ‘Vojenská nemocnice’.

Y dicho esto, navegando entre novedades y Navidades, nos despedimos de la corriente más creativa de Praga, de sus varios y estimulantes encantos. Atractiva siempre, la capital de la República Checa es una joya, un destino cuya belleza deja sin palabras, más aun bajo el manto blanco de una emotiva pascua. ¿Volamos juntos?

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