Hoy volamos hasta Costa Rica, el que parece ser uno de esos países con gancho.
Costa Rica cuenta con más de 4.900.000 habitantes. Su capital es San José y su moneda el Colón. Si tuviéramos que proclamar un deporte nacional éste sería el surf. Y si tuviéramos que proclamar una bebida nacional ésta sería la cerveza Pilsen. Cualquier costarricense lo abalaría, espetando en su sonoro español un «pura vida», una de sus expresiones más utilizadas.
Cada vez son más las personas que lo visitan y la respuesta general a su experiencia suele ser siempre la misma: estamos ante un país sorprendente e interesante. Repasemos pues en este post, sólo algunas de las lindezas que lo tornan en un país así.
Su fruta. El costarricense es un gran consumidor de fruta. Para que os hagáis una idea: la media de lo que consume al año una persona en Costa Rica duplica la cifra de lo que consume una persona en España. En esto probablemente ayude el hecho de que tengan uno de los suelos más fértiles del planeta: sus ecosistemas ticos son ideales para que la fruta tropical crezca sin problema alguno. Cuentan con especies que en España de momento apenas hemos visto: carambola, guanábana, maracuyá, mamón chino, mangostán…
Su café. El dilema de siempre vuelve a surgir, ¿cuál es el mejor café del mundo? En realidad puede que el asunto sea un tanto subjetivo y la cosa vaya en cuestión de gustos. Sea como sea, el café costarricense es rico y sabroso. Su variedad estrella es la Arábica. Y en esto han puesto empeño. En 1989 prohibieron que en su suelo se cultivara la variedad Robusta, considerada por los puristas de peor calidad.
Sus osos perezosos. Son sus mamíferos locales por excelencia. Tan perezosos como encantadores, existe incluso un Santuario de Perezosos en la provincia de Limón. Allí los cuidan y los atienden desde que nacen como si fueran bebés humanos: biberones, incubadoras, chequeos generales y muchos mimos. Han conseguido además tumbar falsas creencias que giraban alrededor de esta especie animal, como por ejemplo, que no comen insectos, sino que son herbívoros o el tiempo que duermen. A pesar de ser perezosos no duermen en exceso, un perro duerme más que un oso perezoso.
Sus carteros. Ser cartero en Costa Rica es todo un reto puesto que aquí en vez de calle exacta como dirección del destinatario se dan indicaciones sobre la zona donde vive el destinatario: 100 metros sur y 15 metros oeste del restaurante Quiznos, casa esquina a mano derecha, rejas negras, Paseo Colón, San José. Y evidentemente, esto conlleva a explicaciones más o menos entendibles y más o menos acertadas. A veces hay que convertirse en todo un adivinador de direcciones para que todas las cartas lleguen a buen puerto. El mayor problema llega cuando la referencia de una dirección es un enorme árbol que en realidad ya ha sido talado 🙂 . Sin duda alguna debe ser una profesión divertida pero que más de un quebradero de cabeza dará a sus espabilados e intrépidos carteros.
Más info sobre Costa Rica: www.visitcostarica.com.
Foto | Iguanageek
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