No cabe duda que las guerras arrasan. Y pueden acabar con un país entero. Hoy viajamos hasta Angola. Y una vez allí alucinamos con la historia del Parque Nacional de Kissama.
Kissama abrió sus puertas en 1938. Aunque no fue hasta 1957 cuando obtuvo el título oficial de Parque Natural. En aquel entonces, la fauna de Angola destacaba sobre el resto de fauna existente en otras zonas de África. El motivo no era otro que la variedad y la cantidad de especies animales que aquí se podían encontrar. Para que nos hagamos una idea: aquí existía la mayor concentración de búfalos africanos de todo el país. Pero, en el 75 llegó la guerra civil angoleña y con ella los estragos al país. Hasta los 80, Kissama fue aguantando el tipo. Pero a partir de los 90, al empeorar el conflicto, la decadencia del parque fue en aumento. El motivo principal de esto fue que los ejércitos locales comenzaron a alimentarse de las especies animales aquí encontradas. Mediante sus helicópteros militares asesinaban manadas enteras… Pasó el tiempo. Llegó el año 96 y con éste, la situación política del país comenzó a calmarse considerablemente. En ese momento fue cuando se pudo comprobar la verdadera situación del parque. El diagnóstico fue terrible: incluso el búfalo había desaparecido casi por completo.
Entonces, un grupo de militares y políticos, decidieron unir fuerzas e impulsar un proyecto para salvar Kissama. Y así se puso en marcha la recuperación del parque, cual Arca de Noé. Comenzaron a traer ejemplares -de especies existentes originariamente en Kissama- de otros parques del país en donde no había escasez animal. Evidentemente, esto suena muy bonito, pero el proyecto era bien complicado de ejecutar… Por poner un ejemplo ¿cómo trasladas a un elefante? El proyecto era todo un reto de ejecución. Tras años de estudio, por fin en el 2000 se pudo poner en marcha. ¿Cómo movieron finalmente a los mamíferos? ¡Durmiéndolos previamente y trasladándolos con una enorme nave aeromilitar rusa!
A día de hoy podemos decir que todo salió muy bien. El Parque Nacional de Kissama vuelve a rebosar vida animal. El turismo en Angola va in crescendo y todo apunta maneras a que tal vez en un futuro no muy lejano, podamos referirnos a Kissama como el segundo Serengeti. ¡Casi nada! ¡Hurra! 🙂
Foto | Javier Sánchez