Cuando viajamos solemos tener claros los puntos que visitaremos cuando lleguemos al destino en cuestión. Las grandes capitales además necesitan normalmente un gran escrutinio de lugares, pues, o nos instalamos en ellas un mes, o normalmente, en el tiempo que dura nuestro viaje, es imposible ir a absolutamente todos los sitios que merecen la pena en las mismas. El propósito del post de hoy es reunir información relativa a Berlín: desde algunos básicos imperdonables hasta algunos menos básicos más perdonables, pero no por ello menos interesantes. Allá va nuestra selección especial berlinesa:
Museumsinsel. Isla de los Museos. Como su nombre indica, se trata de una isla dedicada en exclusiva a los museos. Es Patrimonio de la Unesco y eso lo dice todo. ¿Qué museo no deberías perderte? Tal vez El Bode: arte bizantino y egipcio en estado puro.
Tropical Islands. Esta enorme nave -66.000 m2, ¡casi nada!- es la vía de escape berlinesa cuando en la calle hace un frío que pela y es el parque acuático más grande de Europa. Una verdadera macro piscina en la que cabrían hasta 6.000 personas y hasta 9 campos de fútbol. Su decoración basada en flamencos y botánica tropical la convierten en uno de los lugares más deseados en Alemania cuando el crudo invierno azota el país. Sus 28 grados del agua y sus 25 grados de temperatura ambiente son todo un reclamo popular.
Konnopke’s Imbiss. Evidentemente alguno de estos sitios tenía que estar relacionado con la gastronomía. Os presentamos el puesto callejero de más larga tradición berlinesa. Hacer cola aquí es el pan nuestro de cada día. Y es que no en todos los sitios preparan un currywurst tan rico: su salchicha troceada y su salsa kétchup con curry en polvo, ¡son todo un icono de la ciudad!
Trabi Safari. Si lo tuyo es el turismo menos convencional y los coches de antaño, esta propuesta te encantará. Se trata de un tour guiado a lomos de un Trabant, aquel histórico automóvil de la Antigua República Alemana. El mecanismo del tour es cual safari africano: un coche va guiando a los demás y va dando las explicaciones para todos por walkie-talkie. Sin duda alguna, toda una aventura urbana.
Ostel. Por si teníais dudas de donde alojaros en vuestra próxima visita a la ciudad, os dejamos para culminar esta selección, una curiosa propuesta: un hostal ambientado en la Alemania comunista. Su dueño se encarga de patear mercadillos y tiendas especializadas para encontrar todos esos objetos que te trasladan a aquella época y que luego decoran el hostal. El asunto está tan logrado que su propia recepcionista dice encontrarse rara cuando acaba su jornada de trabajo y se ve rodeada de tanta modernidad en cuanto sale a la calle 🙂 ¡Por algo será!
Foto | gravitat-OFF
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