Es una suerte que a una ciudad se la proclame Capital Europea de la Cultura. No solo por el prestigio que conlleva llevar durante un año entero dicho título, sino también por todas las actividades que giran alrededor de la misma a partir de tal nombramiento. Nuestra sofisticada San Sebastián no iba a ser menos. Además, se trata de una oportunidad de oro para estrechar lazos con el resto de Europa y para fomentar la innovación tanto del sector cultural como del sector tecnológico o lingüístico.
En esta línea, la popularmente conocida Bella Easo (apodo con que muchos conocen a San Sebastián) o Donostia (en vasco) acogerá la mayor exposición sobre la paz nunca antes celebrada en Europa. O, en Semana Santa, celebrará un Festival antibelicista en el que confluirán colectivos y artistas nacionales e internacionales que trabajan en favor de la paz.
En cualquier caso, ya incluso a primera vista, llama la atención la clara participación ciudadana que se requiere para sacar adelante cualquiera de las propuestas incluidas en el programa de la Capital Europea de la Cultura 2016. Se percibe ese deseo de conjugar todas las propuestas con la constante participación ciudadana. Hasta tal punto que puedes involucrarte en el proceso de muchísimas maneras: ya sea utilizando el hastag #Donostia2016 hasta recibiendo en tu correo la newsletter del programa, pasando por convertirte en voluntario y echar una mano en aquello que te apetezca y que sea necesario.
¡Bravo! Por este tipo de nombramientos, y por las iniciativas que giran en torno a ello. Ojalá y estos granitos de arena se sumen en un camino que nos lleve a una mayor integración europea, y, ya de paso, a un mejor desarrollo cultural de todas las ciudades europeas susceptibles a dicho nombramiento, como en este caso, nuestra San Sebastián.
Foto | sanfamedia.com
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