Hace algunas semanas os hablábamos de San Sebastián y su título de Capital Europea de la Cultura durante el presente año. Sin embargo, no os mencionamos que junto a la ciudad vasca, existía otra ciudad, no española, que ejercería el mismo papel también durante el 2016. Así que, puesto que nos saltamos dicha mención, hemos decidido dedicarle al asunto un post entero. Indagando un poco además, nos hemos dado cuenta que esa ciudad podría resultar igual de encantadora e interesante que San Sebastián. Estamos hablando de Wroclaw.
Wroclaw, en polaco, Breslavia en español, es una de esas ciudades europeas cuya situación geográfica estratégica les da un plus incalculable. Localizada a 180 kilómetros de Praga y a 150 de Dresden, siempre ha sido objeto de deseo. Y hablamos de objeto de deseo turístico, y objeto de deseo político: antaño, todos la querían y no en vano ha pasado por manos alemanas, checas, húngaras, polacas y austriacas. Actualmente forma parte de Polonia y es la capital del voivodato de Baja Silesia.
Su aspecto físico sorprende. Cual Venecia, está asentada sobre 12 islas que están unidas entre sí por 112 puentes que sortean el caudal del río Odra. Sus innumerables jardines la convierten en una ciudad cuya naturaleza juega un papel primordial. No obstante, como os imaginaréis, no solo es este su atractivo. No hay mal que por bien no venga y el hecho de que sus dueños hayan ido cambiando a lo largo de la historia, le ha venido hasta bien culturalmente hablando. Gracias a esto, su arquitectura es rica y variada, siendo los estilos góticos y renacentistas los verdaderos reyes del mambo en la ciudad. Una de sus visitas obligadas es la Plaza del Mercado, bulliciosa y mágica, punto de encuentro de los miles de estudiantes que cada año deciden cursar sus estudios en la ciudad polaca.
La propuesta de Breslavia como Capital Europea de la Cultura gira en torno al lema «Espacios para la belleza» cuyo objetivo no es otro que proclamar el nuevo deseo humano de convivir constantemente y armónicamente con obras de arte y cultura. Este nuevo deseo de cambio está simbolizado con una mariposa que a su vez es el logo de Wroclaw como Capital Europea de la Cultura. Un logo la mar de acertado, si pensamos en la metamorfosis. Parece que los tiempos de cambio y metamorfosis cobran más sentido que nunca en esta Europa nuestra.
Foto | Esteban Sanín Ángel