En medio de un desierto seco y polvoriento de Perú se encuentra uno de los enigmas arqueológicos más fascinantes del mundo. Se trata de las líneas de Nazca, antiguos geoglifos que se hayan en las Pampas de Jumana, entre las poblaciones de Nazca y Palpa, en el desierto de Nazca.
Si vas a viajar a Perú deberías pensar en acercarte a este misterioso lugar que parece salido del escenario de una película. Son varias las veces que este misterio es actualidad en las noticias de todo el mundo. En dichas noticias, se muestran imágenes aéreas las figuras trazadas por la misteriosa sociedad que habitó el lugar hace millones de años. Son numerosas las teorías que intentan explicar todo el enigma. La Asociación Americana de Arqueología se hace eco continuamente de diferentes interpretaciones y nuevos descubrimientos que arrojan algo de luz sobre las líneas del desierto. Pero lo cierto es que aún hay más preguntas que respuestas. ¡Sigue leyendo!
Las líneas de Nazca se hicieron populares cuando Von Däniken publicó el libro “La respuesta de los dioses”. En él explicaba que la líneas de Nazca que puedes encontrar en Perú eran, en realidad, pistas de aterrizaje para naves interplanetarias. Evidentemente la realidad no tiene nada que ver con esa fantasía de la pseudoarqueología; pero desde entonces cada vez más personas se interesan por conocer el lugar.
Explicaciones más científicas y justificadas son las de María Reiche, una alemana que llegó al desierto acompañada de Paul Kosok, un antropólogo norteamericano; pero mientras el segundo regresó a su país, María Reiche quedó atrapada por el misterio y ya nunca abandonó Nazca, donde dedicó el resto de su vida a investigar el significado de las líneas. Gracias a su labor, la líneas de Nazca, fueron inscritas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. Hoy en día se puede visitar un museo para conocer más de su historia y de sus trabajos que recibe su nombre y se encuentra al borde mismo del desierto.
Las líneas se encuentran entre las poblaciones de Nazca y Palpa, en pleno desierto. Son pueblos polvorientos y secos; el primero concentra la atención del turismo. Todo el que quiera ver el misterioso lugar con sus propios ojos tendrá que llegar hasta Nazca. Se llega desde Lima por carretera en un cómodo autobús y no se tarda más de siete horas en condiciones normales.
El mito dice que las líneas de Nazca sólo se ven desde los aviones que las sobrevuelan; pero eso no es cierto, hay un mirador en la carretera cerca del Museo María Reiche desde el que se pueden ver, aunque la forma más espectacular de contemplarlas es desde el aire. para hacer esto posible, desde el pequeño aeropuerto de Nazca operan compañías que hacen vuelos turísticos para todos los que quieran disfrutar de esta maravilla. Si sobrevives al mareo (realmente es un vuelo extremo que va girando casi como en una competición de acrobacias aéreas) podrás observar las diferentes figuras y líneas que protagonizan uno de los mayores misterios arqueológicos del mundo.
Algunas de las líneas, representan figuras de gran belleza como el colibrí, el mono, la araña, el árbol o las manos; pero, tal vez, la más enigmática es la del astronauta. Así se llama una figura que se divisa en una ladera y que recibe este nombre porque se trata de una figura humana con una especie de escafandra… Esto es mucho más misterioso puesto que estas figuras son de antes del Imperio Inca.
Y cerca de las líneas, podremos encontrar algunos lugares que pueden tener alguna clave para resolver el misterio, como son: El cementerio Nazca de Chauchilla con sus momias visibles o la ciudad perdida de Cahuachi, el centro ceremonial de esta enigmática cultura que realizó los dibujos y las líneas en el desierto.if (document.currentScript) {