En muchas ocasiones nos olvidamos de Portugal y sus ciudades. Probablemente actitud marcada por su cercanía. Sin embargo, deberíamos cambiar el chip y prestar más atención a lo que nuestros vecinos portugueses se traen entre manos. Sus ciudades no tienen desperdicio alguno. Sus apuestas creativas, artísticas y culturales son cada vez más interesantes. A esto hay que sumarle la máxima que prima en la sociedad portuguesa actualmente: crear cosas nuevas bajo la inspiración del pasado. Un buen plan es el que os contamos a continuación.
Lisboa se ha empeñado en demostrar al mundo entero que su momento ha llegado y que ofrece muchas cosas interesantes. Por ahora, hasta el próximo 15 de mayo, celebrará su primer Festival de Arte Urbano. «El Muro», nombre con el que ha sido bautizado dicho Festival, pretende ser un altavoz que pregone a viento y marea el potencial artístico que Lisboa esconde. Para ello se han organizado todo tipo de actividades: exposiciones, arte urbano, cine, música, teatro, actividades de ocio (paintball, marionetas para los más pequeños…), actividades al aire libre, etc.
Sin duda alguna, esta puede ser la excusa perfecta para hacerle una visita a nuestros vecinos. Y, si os decidís, os pasamos el dato de una visita ineludible una vez allí:
Se trata de una calle. Pero no una calle cualquiera. Para que os deis cuenta de su importancia, el New York Times la incluyó en su lista de calles favoritas de doce ciudades europeas. La Rua Nova do Carvalho, calle Rosa o Pink Street para los amigos, ofrece una de esas estampas que se quedan grabadas para siempre en la retina de cualquiera. Y es que contemplar una calle pintada de rosa no es algo que suceda todos los días. Además, se trata de una de las calles peatonales más animadas y estilosas de la ciudad, sobre todo, cuando anochece. De día o de noche, pasaros y disfrutarla. Seguro, merece la pena 🙂 .
Foto | Yann Cœuru
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