Un paraíso natural, epicentro del ecoturismo en Centroamérica. Poco más hace falta para concebir por qué Costa Rica se ha convertido en uno de los destinos más queridos del continente, un lugar donde la magia fluye alegremente a través de sus playas, ríos y montañas; no exageramos al decir que, probablemente, sea el país latinoamericano que más opciones por metro cuadrado ofrece al visitante. Alternativas las hay para todos los gustos, siempre de primer nivel: para amantes de los viajes de relax, para amantes de la naturaleza y, por supuesto, para quienes busquen un destino en pareja. ¿Estáis listos para dejaros llevar?
Haz un pequeño ejercicio de reflexión y párate a pensar en la situación más romántica que imagines: seguro que incluye una playa paradisíaca, un atardecer de tonos cobrizos y una suave brisa que se desliza por vuestra piel hasta elevaros al cielo, ¿verdad? Ahora añade un poco de agua cristalina, infinita arena blanca y preparaos para saborear el momento. Voilá!
En Costa Rica encontraréis míticas playas como la de Tamarindo, ideal para los entusiastas del surf y en la que podréis compaginar aventura con descanso a partes iguales; la de Puerto Viejo, donde la belleza del mar Caribe se disfruta en todo su esplendor; o la de Sámara (abajo), mucho menos concurrida, perfecta para tener un poco más de intimidad y comenzar a planear una nueva vida juntos, por ejemplo, durante la anhelada luna de miel. Sea cual sea la forma en que lo hagáis, aquí podréis dar rienda suelta a vuestra pasión.
Para el sibarita que llevas dentro. Todos tenemos derecho a consentirnos, a deleitarnos con un capricho de vez en cuando. El país tico está lleno de posibilidades orientadas a los más exigentes para hacer gala de unas vacaciones inolvidables, de ésas que dejan huella. No importa si buscáis coquetos hoteles boutique enfocados al turismo verde o lujosos resorts con todo incluido junto al océano, siempre tendréis una opción personalizada. En la célebre Península del Papagayo, por ejemplo, se ubican grandes complejos hoteleros donde vuestra mayor preocupación será decidir qué actividad hacer cada día, siempre rodeados de unos parajes de excepción. Son increíbles.
¿Lujo también para el paladar? Aprovecha para disfrutar de los mejores restaurantes del país, distinguidos por su clase y por su magnífica fusión de sabores. Hay tres, al menos, que no os podéis perder: Le Monastere, en San José, cuya terraza ofrece incomparables vistas nocturnas de la capital y un menú basado en la esencia gastronómica nacional; el restaurante del Hotel Baldi, a los pies del volcán Arenal, en plena naturaleza; y, aunque suene extravagante, El Tigre Vestido, un restaurante donde la alta cocina se eleva a la enésima potencia gracias a exquisitos cócteles, alimentos orgánicos y su original salsa de tamarindo y café. ¡Os acabarán enamorando!
Hemos venido a descansar. Un largo paseo a la orilla del mar nunca va a ser reemplazado como la mejor forma de desconectar de la rutina, pero sí se puede complementar con otras interesantes actividades que te ayudarán a regresar del viaje con las pilas cargadas: unas sesiones de yoga en la playa para mantener despierto el espíritu, esa inestimable combinación de masajes con trabajos de relajación y recónditos baños en aguas termales que harán de Costa Rica un destino dedicado también al descanso, idóneo para quienes buscan alejarse del estrés y de los quehaceres diarios; sea solo, sea en pareja, tu vida volverá a tener sentido. Desde hoteles especializados en tratamientos de belleza, como el fastuoso Tabacon Grand Spa Thermal Resort, junto al volcán Arenal, hasta opciones mucho más alternativas en Playa Montezuma, en pleno Pacífico. Hablamos de una forma diferente de hacer turismo que cada vez está adquiriendo mayor protagonismo en el país. Bienestar al fin y al cabo.
Biodiversidad por bandera. Es imposible pasar por alto uno de sus principales reclamos. Costa Rica no sólo destaca por ser uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, también por albergar paisajes de ensueño. Especialmente llamativo resulta el Volcán Poás: a casi tres mil metros sobre el nivel del mar, que cuenta con el cráter tipo géiser más grande del planeta… ¡de 1,5 kilómetros de diámetro! Sus fumarolas de gases y vapor de agua son impactantes, todo un espectáculo; los senderos, la flora y la fauna que lo rodean acaban completando un entorno de película.
¿Te has quedado con ganas de más? Entonces debes visitar río Celeste, dentro de un bosque tropical, con sus preciosas cataratas vigilando desde lo alto; escalar el Cerro Chirripó, el más elevado del país, desde donde podrás contemplar al mismo tiempo los dos mares que bañan Costa Rica; o mimetizarte con la naturaleza al presenciar el desove de la tortuga verde, que tiene lugar entre junio y octubre en el Parque Nacional Tortuguero.
Seguro que más de una vez has utilizado la expresión “Pura vida” para referirte a Costa Rica. ¿Entiendes ahora mejor por qué? 😉
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