Que Florencia roba corazones lo sabemos hace mucho tiempo, pues tal es el influjo que ejerce sobre el que la visita. Sin embargo, lo que no siempre captamos tan fácilmente es que Florencia, más allá de la despampanante belleza de los muros y piedras de sus célebres monumentos (véase el Ponte Vecchio, la Basílica de Santa Cruz o la Galería Uffizi), esconde un corazoncito moderno, bohemio y ciertamente creativo. Qué, ¿nos lanzamos a destapar la caja de Pandora?
La que fuera capital de Italia entre 1865 y 1871 es hoy una ciudad dinámica, contemporánea y que desborda planes creativos, por eso ardemos en deseos de compartir con vosotros lo que de Florencia sabemos y recomendamos… Para los que deseáis explorar (ya sea a fondo o como parte de una ruta por el norte de Italia), el lado más imaginativo de tan seductora ciudad, a continuación os dejamos algunos consejos: los que en 5 pasos os ayudarán a darle forma a un imborrable viaje creativo por Florencia.
Primer plan creativo: una de las noticias del verano
¿Quién conoce a “Los Bueno”? Los que amáis el arte y la cultura, disfrutaréis (y a lo grande) con la interesante exposición sobre Antonio y Xavier Bueno, los famosos artistas y hermanos cuya obra se exhibe temporalmente en la Villa Bardini de Florencia.
Más allá de cualquier exposición transitoria, como esta que podrá visitarse hasta el 18 de septiembre, la Villa Bardini permanece. Como buena casa museo su historia es larga e intensa, y su pasado está directamente vinculado con las peripecias de la alta sociedad florentina. Por eso, para recuperarla de tanto movimiento, decidieron renovarla por completo y hoy, tras una larga y minuciosa restauración, Villa Bardini luce esplendida por dentro y por fuera, y se presenta como el centro cultural de primer nivel que es. Llaman la atención sus jardines, a los que se nota que hacen mucho caso. Y, ¿qué decir de las vistas sobre Florencia? Villa Bardini cuenta con una privilegiada posición panorámica, ¡aprovechadla!
Segundo plan creativo: museos que se relajan
¡Enhorabuena noctámbulos! A finales de junio llega el verano y con él, los museos se relajan, alargan sus horarios y acceden por unos meses a que también se les visite de noche. Véase:
El Palazzo Vecchio abre todos los días hasta las 23 horas y la Torre di Arnolfo permite la entrada hasta las 21 horas. En ambos casos, los jueves son una excepción.
La Galleria dell’Accademia, otra visita imprescindible en Florencia, abre hasta las 22 horas, al igual que una de las atracciones turísticas más visitadas de la ciudad y lugar para mirar a la cara a las creaciones de Giotto, Tiziano, Caravaggio, Botticelli, da Vinci o Miguel Ángel: la Galleria degli Uffizi.
Ambas retomarán sus horarios de invierno el 27 de septiembre.
Los viernes son los días elegidos por el Museo Novecento y el Museo Gucci para desmelenarse hasta tarde (las 23 horas), mientras que el jueves, el Palazzo Strozzi abre sus puertas también hasta las 23 horas. Si vuestro viaje a Florencia es inminente, que sepáis que es aquí donde se exhibe la más que recomendable “De Kandinsky a Pollock, el arte de las colecciones del Guggenheim”. En cualquier caso, el más lanzado de todos en cuanto a horarios se refiere es el nuevo Museo dell’Opera del Duomo, que los lunes, viernes y sábados abre hasta las 21 horas. En él se puede disfrutar de más de 750 esculturas y 200 obras de arte de maestros como Donatello, Miguel Ángel Buonarroti, Arnolfo di Cambio, Andrea Pisano o Andrea del Verrocchio, entre otros.
Tercer plan creativo: Florencia y el arte al fresco
En verano es cuando el arte al aire libre apetece más. Para calmar esa sed, Florencia cuenta entre sus espacios abiertos con un imprescindible que todo turista creativo debería conocer: el peculiar «Parco Mediceo di Pratolino», todo un señor Patrimonio de la Humanidad.
El momento de visitarlo es ahora, ya que el parque abre solo de abril a octubre, para cerrar de nuevo en invierno. El parque Patrolino queda al norte de la ciudad, a unos 13 kilómetros del centro de Florencia. No es una distancia insalvable ni incómoda, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de 20/30 minutos y que se puede llegar al parque en bus desde la estación de Santa Maria Novella (línea 25A).
Una vez allí, la entrada es gratuita y la recompensa, evidente. Se trata no solo de uno de los parques más grandes de La Toscana, sino que además es capaz de hacer felices a grandes y pequeños (por algo es conocido como “el parque de las maravillas”). Entre sus fantasías destaca la estatua “El gigante de los Apeninos”, la famosa y colosal obra de Giambologna.
Cuarto plan creativo: gastronomía a golpe de Mercato Centrale
Otro elemento que no puede faltar en el plan de todo turista creativo es la gastronomía. En el caso de Florencia, el mercado central (Mercato Centrale) da un juego considerable. ¿Os apetece comprar productos culinarios? Paseaos por su planta baja. ¿Que lo queréis es darle rienda suelta a una experiencia creativa más práctica? Para comer y bien, dirigíos a la recientemente renovada primera planta, el espacio donde el diseño invita a degustar las mil y una maravillas artesanas de la cocina italiana, así como los productos típicos y orgánicos más de moda.
Quinto plan creativo: bienvenidos al otro lado del Arno
Oltrarno nos gusta para vosotros: así se llama el barrio del turista creativo, al que se llega cruzando el popular puente Vecchio.
La guinda de un viaje creativo a Florencia es una inmersión en condiciones en su barrio de moda. Las calles de Oltrarno son de las más auténticas y estimulantes de la ciudad. Aunque su principal monumento es el palacio Pitti, si bien la plaza Santo Spirito es el alma de Oltrarno. A su alrededor -Via de San Spirito y Borgo San Jacopo- se concentran las pequeñas tiendas de diseñadores, de ropa “vintage” o de segunda mano, los anticuarios, los restauradores, así como el conocido mercato dell’artigianato, que tiene lugar el segundo domingo de cada mes.
Os animamos a pasear por Oltrarno prestando atención a los detalles, a las señales de tráfico del artista urbano Clet Abraham, a los talleres agazapados en los sinuosos callejones, a la magia de un barrio de Florencia que parece tirar del formol para seguir siendo real y no morir en el intento de no globalizarse.
Fin.
Foto| Alessandro Valli
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