¿Pantsula? Sí, sí, Pantsula. O, traducido literalmente, «caminar como un pato». Así es el nombre que se le da a uno de los emblemas juveniles de la cultura sudafricana. Porque el Pantsula es un curioso baile de antaño que ahora resurge con fuerza entre la juventud del país y que retoma su papel de símbolo nacional…
Adentrémonos pues en este emblema sudafricano. El Pantsula es un baile de la calle principalmente. Para vivirlo y entenderlo viajemos hasta Johannesburgo, concretamente a las calles de Tembisa. Son un buen ejemplo. Allí el Pantsula forma parte de su día a día. Sus múltiples practicantes muestran sus destrezas en plena calle y en plena luz del día. Paran el tráfico y llaman la atención de los transeúntes mientras avanzan al compás de unas estudiadas coreografías. La música corre por cuenta de uno de los Djs más famosos de la ciudad. Parecen llevar el ritmo en la sangre. Los improvisados espectadores se emocionan. Nada les gusta más que ser sorprendidos por unas buenas dosis de música y baile. Demuestran dicha emoción con vítores, silbidos y palmas. Y entonces, todo se detiene. Se olvidan de sus quehaceres diarios y se dejan llevar… Llegados a este punto los audaces bailarines ya han formado un círculo, uno de sus integrantes es el rey de la pista ahora mismo. Danza en el medio del círculo e incluso se anima a poner en práctica una serie de curiosos malabares con una botella vacía. Desprende destreza y coordinación sin perder un ápice de ese innato ritmo «pantsulero». Y, por supuesto, con zapatillas All Stars. No hay bailarín de Pantsula sin All Stars 😉 .
Más datos. El Pantsula nace a finales de los años setenta con un código de vestimenta bien marcado: todo aquel que lo practicase debería basar su manera de vestir en marcas extranjeras caras. Sin embargo la fama del Pantsula en sus inicios no era del todo positiva. Es más, no fue hasta principios de los noventa cuando realmente se afianzó como un baile de buena reputación. ¿El motivo? Pues que sus primeros practicantes eran delincuentes. Era el baile por excelencia del inframundo, de esos bares de poca monta y sin licencia. Hasta que un grupo de jóvenes con buenas ideas se lo adjudicó y decidió darle un giro bien positivo, convirtiéndolo en todo un símbolo nacional. Por cierto, un símbolo que iba más allá del mero arte. Gustaba la idea de exponer a través del baile temáticas sociales complejas, como la violencia. De esta manera, el espectador disfrutaba pero también pensaba. Tras el auge noventero, y con la difícil situación del país tras la salida de Mandela de la cárcel, la popularidad del Pantsula perdió fuelle… hasta hoy.
Como decíamos al comienzo del post, el Pantsula ha resurgido. Y tiene más fuerza que nunca. Y no hay mejor muestra de ello que viendo como grandes artistas –Beyoncé o Skrillex entre otros- del momento adaptan la esencia de este baile callejero en sus vídeos musicales. Y triunfan. Entonces, podemos decir que el Pantsula ha triunfado también.
Foto | South African Tourism