El vino es uno de esos pocos elementos que tienen el honor de vertebrar España de norte a sur, de este a oeste, si nos enfrascamos en quehaceres gastronómicos; nuestros caldos son respetados incluso a nivel internacional gracias a la calidad que aportan muchos siglos de tradición y a una materia prima instalada en la excelencia por derecho propio. Una acertada combinación que también se da en Madrid, y de qué manera: quizá nunca te hayas planteado la comunidad madrileña como destino vinícola, pero seguro que a partir de ahora comenzarás a hacerlo. Hoy descubriremos qué nos ofrece Navalcarnero, una de las tres subzonas junto a Arganda y San Martín de la Denominación de Origen Vinos de Madrid.
¿Empezamos con 
una curiosidad? Pues atento: hablamos de un enclave al que llegó antes el vino que el pueblo propiamente dicho, siendo fundado en el año 1499 sobre tierras que pertenecían a la ciudad de Segovia y sobre viñedos de gran calidad que ya existían allí; y es que resulta necesario remontarse hasta el siglo XIV para descubrir
las raíces de esta subzona ubicada en la parte centro-sur de la comunidad: son 19 las localidades que conforman la región vitivinícola de Navalcarnero, incluyendo al propio municipio del que toma nombre, y casi dos mil hectáreas las que se dedican en cuerpo y alma a su cultivo. Sus vinos han ido adquiriendo un notable valor a la hora de acompañar a platos con carácter, como recetas con animales de caza o los habituales guisos autóctonos, y son muy demandados por su intenso sabor.
Como no podía ser de otra manera, elegiremos el Museo del Vino de Navalcar
nero como punto de partida para nuestra ruta. Este centro realiza un amplio paseo por todo el proceso de elaboración (mostrando instrumentos y maquinaria de época), por la historia de cultivos y familias locales dedicadas a su producción y también por las características que hacen singulares a estos caldos, repasando las uvas oriundas y las añadas concretas. Se ubica en una bodega del siglo XIX recientemente remodelada y destaca por la vertiente didáctica de sus contenidos, que hacen la visita mucho más amena, si cabe; especialmente llamativa es la cueva aledaña, en cuyas profundidades aún se guardan botellas y en la que te enseñan a utilizar tus cinco sentidos para aprender a valorar y apreciar estos excelentes vinos. El recorrido museístico continúa en el Centro de Interpretación, una antigua casa de labranza en la que, además de abordar las tradiciones y costumbres de Navalcarnero, se analizan la importancia histórica de este producto en la economía de la localidad y los oficios que han rodeado desde siempre a este noble arte. También se han celebrado aquí las últimas ediciones de las Veladas de Vino y Jazz, evento estival en el que música y vinos de la zona caminan de la mano para ofrecer al visitante una mezcla cultural insuperable.
Más allá de lo estrictamente expositivo, llega la hora de disfrutar del vino sobre el terreno, a pie de viña. De las cinco bodegas que componen la subzona de Navalcarnero en la Denominación de Origen Vino de Madrid y que abarcan aproximadamente el 20% del total en la producción regulada, tres se ubican en este término municipal: Andrés Díaz, Muñoz Martín y Ricardo Benito. En todas ellas se pueden llevar a cabo visitas guiadas con las que conocer de primera mano cómo se elabora un buen vino y el interesante proceso de añejamiento, finalizando, claro está, con una merecida degustación.
· La primera, de finales del siglo XIX, está especializada en tintos y se caracteriza por confeccionar varietales, es decir, vinos que cuentan con un único tipo de uva. Combina tradición y modernidad de una manera sublime. La marca dÓrio, que ha recibido diversos premios en los últimos años, es la estrella de la casa.
· Las bodegas Muñoz Martín apuestan por cepas tempranillo, malvar o negral (típica de Madrid) para elaborar tintos, blancos e incluso rosados de primera calidad, excelentes. ¿Una buena opción? Su edición limitada de 5.000 botellas llamada Pecado Original, creada con garnacha y negral. Y, como curiosidad, sus viñedos han sido el escenario de una famosa serie de televisión ambientada en una bodega.
· Desde 1940 llevan las bodegas Ricardo Benito, por su parte, preparando exquisitos vinos junto al río Guadarrama, que discurre muy cerca de sus 80 hectáreas de cultivo. Garnacha, merlot o moscatel son sólo algunas de las cepas con las que trabajan para producir múltiples variedades y estilos; destaca la marca Divo, que surge a partir de la cepa autóctona tinto fino.
Las otras dos bodegas de esta subzona, la Finca El Rincón del Marqués de Griñón y la Cooperativa Nuestra Señora de la Soledad, ubicadas en las localidades de Aldea del Fresno y El Álamo, respectivamente, se encargan de completar un recorrido de altura en lo que a vinos se refiere.
Esto es tan sólo un adelanto de lo que da de sí la región vinícola de Navalcarnero, el resto te toca descubrirlo a ti. Historia, cultura, naturaleza, tradición y mucho, sobre todo mucho sabor. ¿Verdad que ahora ya concibes la Comunidad de Madrid como destino de vinos?
Imáganes | ©Turismo Comunidad de Madrid; Lukasz Szwaj.