Los clásicos nunca fallan, por eso en ocasiones el ánimo me pide pisar tierra firme y calzarme cintas como Alien, Blade Runner o Tiburón. Y, ¿sabéis qué? Que son básicos bien hechos, de esos que nunca se desgastan.
Ahora que huele a verano, me ha dado por revisitar Tiburón.
La primera vez que la vi no sé si lo que me impresionó más fue el gigante escualo o el delicioso telón de fondo que a través de la pantalla me hacía soñar con islas y cielos estivales. Los lugares de rodaje de Tiburón me conquistaron en forma de amor a primera vista: playas eternas de arena y dunas, ambiente decadente, cosas bonitas, mucho buen gusto y, de colofón, un faro. ¿Os he dicho que muero por los faros?
Rauda y veloz, sentí la imperiosa necesidad de ponerle nombre a los escenarios de la película. Así fue como supe que Martha´s Vineyard existía y descubrí “my place in the sun”, como dicen los ingleses. Mientras unos quieren sentirse famosos por un día, otros prefieren sentirse famosos por unas vacaciones. ¿Me acompañáis en el sentimiento?
Martha´s Vineyard es una isla alejada de la costa este de los Estados Unidos, al sur de la península de Cabo Cod. Hechas las presentaciones, os diré que es lugar de veraneo de personajes archifamosos (actores de Hollywood, cantantes…) y que es y ha sido la debilidad de los presidentes de estado americanos. No es difícil ver a un tal Obama encestando canastas en alguna de las canchas de la isla, o a un tal Clinton navegando por sus aguas. Como todo lo exclusivo, Martha´s Vineyard no es un destino barato, aunque todo depende con qué se compare. Además, lo vale.
En honor a la película, en toda visita a la isla hay que clavarle la mandíbula a lugares como:
Edgartown, la ciudad más poblada de Martha’s Vineyard, cuyos muelles aparecen varias veces en la película. Incluye South Beach State Park, a 20 minutos de agradable paseo en bicicleta, donde se rodó la secuencia inicial: la de la hoguera de amigos en la playa y ese baño nocturno de la joven, trágica víctima del escualo.
De estar por ahí el 4 de julio, no nos perderemos el desfile callejero.
Vineyard Haven. En esta apacible comunidad perteneciente a la ciudad de Tisbury hallaremos la casa del jefe Brody (267 E Chop Dr). Para rematar la jornada, la visita a alguna de las pintorescas tabernas de la isla, como The Black Dog Tavern (en Vineyard Haven), hará las delicias de nuestro viaje con amigos por Boston y alrededores.
Joseph A Sylvya State Beach. Playa donde se rodaron algunas de las secuencias más famosas de la cinta. ¿Quién no recuerda la escena de pavor tras el ataque del escualo al chico Alex Kintner? Se encuentra en Oak Bluff, un pueblo playero que ha sabido preservar el encanto de las casas de «pan de jengibre», unas construcciones de madera de cuando el pueblo lo llenaban cazadores de ballenas. Además, cuenta con un tiovivo, el “Flying Horses”, de lo más auténtico. Algo que ver y hacer en familia.
Nuestra Martha´s Vineyard (porque ya la sentimos como nuestra, ¿verdad?), suma y sigue atractivos, entre ellos los faros. En mi opinión, existen pocos momentos comparables a un atardecer con puesta de sol desde alguna de estas construcciones con magia. El de Aquinnah hace varias veces de “actor secundario” en la película, y merece la pena pasear por sus impresionantes alrededores: los acantilados de Gay Head. Y si no, que se lo digan a Jackie Kennedy, quien mandó construir su casa en la zona.
¿Cómo llegar a Martha’s Vineyard desde Boston? “El Viñedo” solo es accesible por mar y aire, característica que en mi opinión le confiere un toque de “aventura cómoda” aún más deseable.
Por mar> el acceso es en ferri, con salidas -entre otros- desde los puertos de Woods Hole (45’ de navegación, aparece en Tiburón cuando desembarcan las hordas de veraneantes), Falmouth (50’), New Bedford (55’) o Hyannis (ídem), todo dentro del estado de Massachusetts. Para llegar hasta estas estaciones de ferri se puede a) alquilar un coche y cruzarlo a la isla o b) ir en transporte público –tren-, en cuyo caso lo mejor podría ser tomar el ferri desde Hyannis. Si elegimos la opción a, entonces la parada en ruta y visita a Cabo Cod es algo que debemos considerar. En cualquier caso, la realidad es que en Martha’s Vineyard lo tendremos fácil para olvidarnos del coche, ya que en la isla no faltan los taxis, ferris, bicicletas, motos y autobuses.
Por aire> existe un cómodo servicio aéreo desde Boston hasta el Aeropuerto de Martha’s Vineyard (45 minutos de vuelo).
Cuenta la leyenda que el rodaje de Tiburón, la PELÍCULA con mayúsculas, fue para Spielberg un auténtico infierno. Sin embargo, lo que os prometo es más bien lo opuesto: un viaje en familia o con amigos que no olvidaréis. Volemos juntos a Boston y, de la mano del cine, viajemos por el estado de Massachusetts.
Foto: m01229