Si estás buscando una excursión diferente por los alrededores de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, -más allá de las típicas escapadas a Cape Winelands, la isla Robben y el Cabo de Buena Esperanza- y poder así disfrutar de paisajes de ensueño, playas, conocer un poco de historia y disfrutar al aire libre, considera seriamente invertir treinta minutos para llegar al sur de la ciudad y conocer, en esencia, el punto más al suroeste de África. False Bay es una preciosa ensenada natural de unos treinta kilómetros ubicada entre los océanos Índico y Atlántico y que discurre junto a espectaculares montañas rocosas hasta llegar a la costa norte, donde se encuentran amplísimas playas arenosas. Este recorrido se conoce en términos viajeros como la Ruta a la Punta del Cabo, y ha llegado el momento de hablar de mis tres lugares favoritos:
Tu primera debe ser Muizies –como los vecinos denominan con cariño a la ciudad-, y se encuentra a media hora de Ciudad del Cabo circulando por la autopista M5. Esta pequeña ciudad de playa, de unos 37.000 habitantes, es ideal para disfrutar en familia de las aguas del océano. ¿El motivo? Porque hablamos de playas con poca profundidad, con arena fina y blanca y con pintorescas cabañas pintadas de colores, muy cómodas para cambiarte de ropa y dejar tus pertenencias. Y, si nunca has surfeado, Muizenberg es un lugar idóneo para aprender, ya que cuenta con innumerables escuelas de surf que te ayudarán en todo lo que necesites.
Además de los deportes acuáticos, los aficionados a la historia también encontrarán aquí varios lugares de interés. En 1795, por ejemplo, sus playas fueron testigos de una decisiva batalla que permitió a los británicos arrebatar el control del Cabo a los holandeses; también descubrirán restos de fortalezas y podrán visitar el Het Posthuys, uno de los edificios más antiguos del sur de África, construido en 1745 como estación de peaje y que, en la actualidad, alberga el museo de historia reciente de Muizenberg. Más reciente, de finales del siglo XIX, encontramos la casa-museo donde vivió y falleció Cecil Rhodes, el hombre de negocios y político imperialista que marcó la historia de la región.
Muizies no es demasiado grande, siendo posible recorrerla fácilmente a pie. Comienza a caminar junto a la orilla y luego regresa por la carretera principal para conocer el casco antiguo; durante el camino podrás visitar el mercado, con una gran variedad de frutas y verduras, y las tiendas de artesanía que sitas en Palmer Road. También puedes buscar libros en Rattlesnake, en la York Road, y participar en bailes, ver obras de teatro y actuaciones de jazz en el Teatro Masque, cerca de False Station.
Para comer, nada mejor que unas enormes gambas frescas del Prawn Queen situado en York Road, donde buena parte de la diversión consiste observar a los demás comensales. Con su aquitectura Art Deco, hablamos de una comunidad especialmente bohemia que viste ropa muy colorida mientras disfruta de las calles y tiendas; muchos de los trajes que verás te llamarán la atención por su carácter extravagante. Tanto si vas a la playa como si visitas la ciudad, es imposible que te aburras en Muizenberg.
A media hora en coche desde la calle principal de Muizenberg se encuentra Simon’s Town, un pequeño pueblo histórico con distinguida apariencia naval, ya que aquí funciona como base de la marina de Sudáfrica. Fundado en 1680, se convirtió en muelle de invierno para la marina de la colonia holandesa gracias a la protección que les da el puerto natural, alrededor del que acabó creciendo la ciudad. Gran parte de su historia se explica en el Museo Municipal, en la calle Court, y en el Museo Naval, ubicado en el antiguo almacén del astillero. Aunque buena parte de la arquitectura histórica se perdió en las décadas de 1960 y 1970 debido a las políticas de apartheid, pudieron conservarse interesantes ejemplos: encontrarás casas victorianas más elegantes en Simon’s Town que en Muizenberg, la mayoría situadas sobre la Long Street, que es también el epicentro de la vida nocturna. Otro punto destacado es la Torre de Martello, un bastión militar redondo, construido en 1796 y que actualmente acoge otro pequeño museo.
Pero, sin duda, las dos atracciones más destacadas de la ciudad están relacionadas con animales. La primera está en la plaza principal: se trata de una estatua de Just Nuisance, un gran danés que en 1940 fue el primer perro oficialmente alistado en la Royal Navy, con el título y todos los derechos de un marinero (incluyendo el uso de una gorra). A veces siguiendo a otros marineros, a veces por su cuenta, Just Nuisance solía tomar el tren y hacer excursiones a lugares tan lejanos como Ciudad del Cabo. Al morir a los siete años, fue enterrado con honores militares.
La segunda es la playa Boulders, donde vive la colonia más grande de Sudáfrica de pingüinos africanos, una especie ahora protegida y cuyo número ha crecido a más de 3.000 en los últimos años. Caminando por la playa o descansando en las rocas de granito que la rodean, estas criaturas son adorables y están bastante acostumbradas a las personas. Por cierto, los pingüinos también tienen una tendencia a apartarse de su hábitat de playa, y pasean por los jardines locales y comen frutas y verduras, por lo que se podría decir que los lugareños y los pingüinos coexisten. ¡Ah!, también puedes ir a nadar en las calas adyacentes.
Kalk Bay
De los tres, éste es mi lugar favorito, y está a solo 15 minutos de Simon’s Town. Kalk Bay es un pueblo de pescadores de sólo 700 habitantes que se encuentra rodeado por empinadas colinas, famosas por sus más de cien cuevas. Es posible disfrutar de las actividades de playa, como surfear fuera del arrecife, y también, durante los meses de julio y agosto, podrás ver ballenas del sur que se acercan a la costa y saltan a la superficie del agua. Además, tienes la oportunidad de explorar cavernas extraordinarias como Oread Halls y Boomslang Cave, ambas adecuadas para amateurs, aunque siempre recomendamos ir acompañado de un guía local para evitar sufrir una caída o perderte.
Pero son las librerías del pueblo, la comida, el arte, las tiendas y el teatro lo que más me gusta de Kalk Bay. Ubicado en un pintoresco edificio del siglo XIX, por ejemplo, encontrarás Kalk Bay Books, donde te hacen una caricatura y te la regalan como separador de lectura por cada libro que compres. Por su parte, resulta imposible enumerar todos los cafés y restaurantes, por lo que mencionaré mis dos favoritos: Bob’s Bagel Café, donde puedes probar cualquier cosa que se pueda hacer con un bagel, y Under the Cypress, una la librería-restaurante en dos plantas que a su vez es una galería de arte. Por último, está el Kalk Bay Theatre con sus musicales y comedias; puedes cenar antes del espectáculo y tomar el café después, con la oportunidad de mezclarte con otros espectadores y artistas.
Imágenes | Neil Bradfield; Francesco de Marco; WitR; David Steele.