Señoras, señores, cosmopolitas del mundo, viajeros todos, ¿preparados para el bombazo? La buena noticia es que, desde este mes, Santander se crece y pasa a ser más ciudad creativa que nunca. El motivo no es otro que la tan esperada inauguración del Centro de Arte Botín, prevista para el 23 de junio de 2017. Con dicha contribución al lado artístico de la capital de Cantabria, ésta suma (y sigue) opciones jugosas a su lista de planes culturales de lujo.
Santander y su nuevo centro de arte
Diseño, arte o creatividad: cualquier sustantivo se queda corto para presentar el Centro Botín (Muelle de Albareda s/n), desde ya un referente español dentro del circuito internacional. Proyectado por el célebre arquitecto Renzo Piano, su estructura juega con los espacios y las pasarelas hasta cumplir el sueño de asomarse a la bahía que lo acompaña. A partir del 23 de junio de 2017, Santander será una ciudad más dinámica y cultural si cabe, gracias en parte a la incursión de este nuevo lugar de encuentro de música, cine, teatro y literatura.
Clásico por fuera, actual por dentro. Hablemos también, practicantes del turismo creativo, del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander, el MAS, que con su entrada gratuita lleva décadas poniendo la creación más vanguardista al alcance de todos. Eso en pleno centro de Santander (C/ del Rubio, 6) y por cero euros, menos los lunes -como manda la tradición-, día que este museo de la capital cántabra cierra las puertas de su colección de fotografías, vídeos, obras sonoras y demás piezas maestras.
Retomemos la idea de dar la cara a una de las bahías más bellas del mundo. En Santander conviene detenerse a contemplar el atardecer desde los muelles de la ciudad. Así, rondando y rondando al ritmo de unas vistas espectaculares, alcanzaremos la Duna de Zaera, prolongación del paseo que la ciudad habilitó con motivo del Mundial de Vela de 2014; un lugar para sentarse, charlar, mirar y hacer un alto en el camino. Si somos curiosos y continuamos nuestro recorrido, llegaremos también a un peculiar mini-zoo natural que alberga una sorprendente población de animales marinos, entre ellos pingüinos y focas.
¿Y de postre? Empecemos la casa por el tejado echando mano a un dulce típico de Cantabria. O a varios. Hinquémosle el diente a sobaos pasiegos, quesadas o pantortillas. Previamente nos habremos encargado de poner los cimientos en alguno de los restaurantes con buen gusto de la ciudad, como por ejemplo La Malinche. De corte informal, entre mesas de madera de roble, palés, lámparas de escritorio, sillas y cojines, este espacio tan gastronómico de Santander está pensado para compartir momentos y raciones a ritmo de jazz y con un cóctel fresquito en la mano. Brindemos por la gastronomía, signo inequívoco de que ante nosotros se halla una verdadera ciudad creativa.
Santander vive rodeada de la naturaleza más pura y auténtica. Compacta y agradable, se alza como un gran ejemplo de que “menos es más”. Vayamos, pues, Tras el corazón verde de Cantabria. Desde ya, hagamos planes.
Imagen original del Centro Botín © Fundación Botín. Gerardo Vela