La isla que antaño fuera conocida como el «Alcatraz del Mediterráneo» es actualmente uno de los mayores tesoros naturales de Europa. Sita en la siempre bien sonante Cerdeña, Asinara atrapa a sus visitantes de una manera tan pasmosa que todos los que la conocen quieren volver incluso antes de haber partido…
Cuenta la leyenda que cuando Hércules iba camino de Occidente se quedó maravillado ante el sublime encanto de Asinara. Quiso acariciar con su mano dicha belleza pero su fuerza y torpeza acabaron convirtiendo aquella caricia en un cambio de forma para la isla, y, de ahí que se diga, que Hércules tiene la culpa de que sea ancha en los extremos y delgada en el centro. A lo largo de la historia, Asinara ha desempeñado diferentes papeles clave: base de incursiones en el Mediterráneo, colonia penitenciaria, campo de concentración, cárcel de máxima seguridad… Hasta que en 1997 comenzó a desempeñar el que sería su papel más reconfortante y alabado: el de Parque Nacional.
El Parque Nacional de Asinara se caracteriza por su belleza. Así de simple. Y es que, el hecho de que la isla haya estado deshabitada durante tanto tiempo, ha sido tremendamente beneficioso para ella, ya que le ha permitido conservar su estado prístino. Y así es como su pureza original no pasa desapercibida para nadie.
Calas de agua transparente y cristalina y de arena blanca y reluciente, contrastan con acantilados de vértigo, inmensas praderas coloreadas y campos infinitos de maquis. Si a semejante estampa le añadimos un cielo asombrosamente azul y un silencio tan absoluto como inaudito… ¿cuál es el resultado? Una imagen tan bonita que hasta de cuento parece.
La flora y fauna del Parque Nacional de Asinara están a la altura de semejante estampa. La diversidad de sus especies es palpable y evidente: 700 especies diferentes de flora, 150 especies diferentes de aves, doce especies diferentes de reptiles y diez de mamíferos… entre las cuales hay alguna especie endémica como el asno albino, un curioso ejemplar de pelo blanco y ojos azules.
Asinara no defrauda. El Parque Nacional de Asinara no defrauda. Un verdadero viaje al pasado más elemental, naturalmente hablando, le espera a todo aquel que hasta aquí viaje. Porque aquí el hombre aún no ha hecho de las suyas y la bella naturaleza es la única gran protagonista. Al menos, de momento 😉 .
Foto | Marco