Llega el verano y empezamos a comprobar cómo la temperatura acompaña, anima, apremia a buscar actividades diferentes. Son momentos de sonrisas, de ilusión, vislumbrando unas vacaciones estivales que ya se tocan con los dedos y en las que la eterna diatriba entre mar y montaña tiene en esta ocasión un claro vencedor: apostaremos por la montaña, y de qué forma. ¿El motivo? Hemos decidido recorrer la Comunidad de Madrid en bicicleta. Sí, como lo lees. Y es que cuando combinamos naturaleza, deporte y unos paisajes de película… ¿Qué más podemos pedir?
Porque especialmente en esta época del año Madrid es más, mucho más que su gran capital. Hablamos de una región en la que confluyen rincones de gran belleza mimetizados entre sierras, ríos, vegas, montañas, llanuras, bosques y una inmensa variedad de parajes que harán las delicias de cualquier visitante que ponga sus pies en ellos. O las dos ruedas de su MTB, mejor dicho, porque esta vez nos moveremos pedaleando. De norte a sur, de este a oeste, las rutas ciclistas de la Comunidad de Madrid discurren entre pueblos encantadores y preciosos escenarios naturales, mezclando naturaleza y tradición de una manera sublime. La riqueza paisajística que van dejando a su paso es digna de mención y, si a ello sumamos el trasfondo histórico que las caracteriza, acabaremos viviendo experiencias únicas.
¿Más razones de peso para decidirnos por Madrid como destino para una buena dosis de cicloturismo? Las tenemos, claro: de un lado, porque no importa si viajas solo, en grupo o en familia, tampoco si eres profesional o aficionado. Su amplio abanico permitirá que siempre haya una ruta que se adapte a tus necesidades; de otro, porque su impecable red de transporte público hará posible que lleves tu bicicleta hasta el punto de partida del itinerario que desees realizar, una manera cómoda y sencilla de llegar a cualquier rincón de la comunidad. Está todo perfectamente comunicado. Ah, y también un clima propicio para estas prácticas, claro.
Comenzaremos pedaleando por las famosas vías verdes madrileñas, antiguos trazados de ferrocarril que se han adaptado para los hábitos deportivos y que permiten conocer la región de un modo saludable. Hablamos de rutas que atraviesan municipios pintorescos, significativos puntos de interés y una interesante diversidad de paisajes. En el sureste de la comunidad, por ejemplo, la vía verde del Tajuña supone un recorrido de 49 kilómetros, pero sin excesiva dificultad gracias a lo llano de su trazado: comienza en Arganda del Rey y te llevará por Morata de Tajuña, Carabaña y Orusco, siempre mediante un sendero señalizado y asfaltado que discurre a la vera del río que le da nombre; contemplarás molinos de agua, bosques de ribera y, para finalizar, nada mejor que un chapuzón en la piscina de la antigua estación de tren de Ambite, reconvertida para la ocasión. De un desvío en este itinerario nace también la vía verde del Ferrocarril de los 40 días, creado durante la Guerra Civil Española para el abastecimiento de Madrid y de sólo 14 kilómetros. Campiñas, olivares y páramos serán tus mejores aliados.
Los ríos Guadarrama y Alberche marcan la marcha de otras dos vías verdes: la primera, que comienza en Móstoles, tiene poco más de 14 kilómetros lineales y nos servirá para conocer puentes vetustos, pinares y amplios campos de viñedos conforme vamos llegando a Navalcarnero; en la segunda, ya con un poco más de dificultad y de 22 kilómetros de extensión, recorreremos embalses, valles e iglesias centenarias por caminos de tierra.
Al norte de Madrid, en plena Sierra de Guadarrama, nos topamos con otros enclaves de gran valor natural e ideales para la práctica del cicloturismo, con recorridos orientados a diferentes niveles de experiencia. El conocido Valle del Lozoya, sin ir más lejos, ofrece numerosas opciones, desde cómodos trayectos circulares que pasan por las localidades de Navarredonda, Canencia o Garganta de los Montes hasta complejos itinerarios en los que necesitarás subir puertos de montaña, como el de 87 kilómetros que comienza y finaliza en Soto del Real tras dejar atrás municipios como Rascafría o Navacerrada. Las panorámicas que se divisan desde estos puntos son, sencillamente, espectaculares.
Pero, sin duda, el gran proyecto en este sentido tiene nombre propio: Ciclamadrid, una ruta de 471 kilómetros que se encargará de circunvalar la comunidad con vías ciclistas y que, además, conectará con el anillo verde ciclista que rodea la capital. Se trata de una iniciativa con la que se pretende fomentar el turismo sostenible y que dará la oportunidad de conocer sus grandes atractivos patrimoniales y arquitectónicos de una manera alternativa; de hecho, hasta tres conjuntos monumentales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (Alcalá de Henares, Aranjuez y San Lorenzo del Escorial) ejercerán de fieles escuderos durante tu aventura, amén de cientos de museos, bienes de interés cultural y eventos puntuales que podrás encontrar por el camino a lo largo y ancho de Madrid. De las doce etapas proyectadas inicialmente, ya hay varias en funcionamiento.
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Imágenes | Dudarev Mikhail; ©Turismo Comunidad de Madrid.