Hoy volamos hasta Ámsterdam, una de las ciudades más acogedoras del mundo: sus habitantes tienen esa innata capacidad de hacer que todo aquel que la visita se sienta como en casa. Dato importante a tener en cuenta. Al igual que el de su constante bullicio, que hace que el ambiente de la ciudad no cese… ¡prácticamente nunca! Si a esto le sumamos su capacidad de modernización y alguna que otra cosita más, el resultado es alentador y arroja una misma conclusión para todos: Ámsterdam es una de esas opciones que deberíamos visitar en algún momento de nuestra vida.
Y hablando de modernización, es precisamente ahí donde vamos a centrar nuestras fuerzas en el post que nos ocupa, en concreto de la puesta a punto de una de las zonas más típicas de Ámsterdam: el río Ij. «La Venecia del Norte», puede presumir de canales, este es un secreto a voces, pero también de ríos y de flamantes orillas. Pero, ¿por qué tanto revuelo? Porque no es cuestión sólo de estampas de foto -que las hay, y bien bonitas, en esta orilla- sino, como decíamos líneas más arriba, de adaptación a los nuevos tiempos. El borde del río Ij es una de las zonas con aires más renovados de toda la ciudad. Sus antiguos muelles ya nunca volverán a ser lo que eran y las propuestas actuales ilusionan a habitantes y visitantes. Voilà algunos de estos ilusionantes ejemplos:
- Torre A’DAM. Antiguo edificio restaurado en 2016 y localizado frente a la Estación Central. Pertenece a la petrolera Shell y sus encantos se esconden en el último piso: su azotea es mágica y cuenta con una plataforma de observación , además de con el columpio con más altura de Europa. También alberga una escuela de música gratuita para jóvenes desfavorecidos.
- Café De Ceuvel. Que la sostenibilidad ha sido clave para este mítico café es evidente; gracias a esa apuesta se ha convertido en una de las opciones innovadoras más relevantes: aquí se organizan los conciertos y los mercados más vanguardistas de la ciudad, y aquí se aposentan food trucks de todos los colores y para todos los gustos.
- EYE Film Institute. Filmoteca ovacionada desde sus orígenes. Ya en 2013 sus arquitectos fueron nominados al premio Mies van der Rohe por el diseño del proyecto. Inconfundibles salas de cine en un inconfundible espacio; además, cuenta con un museo-archivo dedicado al cine holandés. Tanto si el cine te apasiona como si no, no dejes escapar esta visita por nada del mundo.
Foto | Tine van Voorst