Una enorme pantalla de cine con el glorioso edificio del Ayuntamiento de Viena como telón de fondo… Una tarde de verano en Viena diferente e irrepetible… Momentos así sólo los evoca (y provoca) el Festival del Cine Musical de Rathausplatz en su edición de 2017, que del 30 de junio al 3 de septiembre hace las veces de estimulante punto de encuentro callejero de los noctámbulos que gustan de combinar cultura y buen comer. Platos deliciosos y cine musical, desde ópera hasta pop y rock, aseguran la consecución de veladas perfectas, día sí día también y con entrada gratuita.
Por eso del boom de la película La la Land, el musical está de moda. Sin embargo, el enfoque del festival de Rathausplatz es otro, ¡y es que Viena «is different”! En este caso, los asistentes disfrutan de las grabaciones de conciertos de grandes genios como Plácido Domingo o Lang Lang, entre otros. Los más prestigiosos directores y orquestas vuelven a estar bien representados en el programa, con nombres como Zubin Mehta, Sir Sla Orquesta Filarmónica del Elba NDR o la Orquesta Sinfónica de Londres. En cualquier caso, no sólo entre clásicos anda el juego, ya que Bob Dylan, Leonard Cohen, Miles Davis, George Michael, Diana Krall, Depeche Mode o los Rolling Stones también tienen su cuota de minutos en la pantalla del evento.
Ahí es nada.
En lo que a horarios y cuestiones prácticas se refiere, durante las próximas semanas los 25 cocineros internacionales participantes desplegarán, entre las 11:00 y las 00:00 horas, el encanto de sus platos. En cuanto a las proyecciones en sí, la enorme pantalla al aire libre cobrará vida todos los días al caer el sol. Por otro lado, los domingos son en ciertas ciudades días desprovistos de contenido, pero en Viena y por «culpa» del Festival del Cine Musical de Rathausplatz eso no pasará. Durante ocho semanas, las bandas vienesas tocarán jazz gratis al mediodía, creando el ambiente para lo que será un aperitivo musical en toda regla.
Viena en el cine, “to be continued”
Viena ha sido y es una ciudad muy ligada al cine: se rozan, se ronronean, se gustan. De la capital de Austria y del séptimo arte ya hemos contado muchos secretos comunes, nos hemos hecho los románticos y nos hemos puesto intrigantes. Aun así, la lista de escenas rodadas en Viena es inagotable, así como su capacidad para ser un destino emocionante.
Románticos> Sissi> la escena de la boda se rodó en Michaelerplatz, esa inconfundible plaza frente al palacio imperial Hofburg que expone unas interesantes excavaciones romanas. En su perímetro destaca la blanca y esbelta Iglesia de San Miguel (“Michaelerkirche”), de horario de visita holgado -hasta las 22 horas- y que atesora una cripta de particular interés por sus especiales condiciones climáticas. El Museo Sisi se encuentra también en Michaelerplatz, una visita que permite colarse en las dependencias privadas de la emperatriz Isabel, así como curiosear todos y cada uno de los numerosos objetos personales y famosos retratos allí expuestos.
Pero no, no todo son museos y monumentos en los alrededores de Michaelerplatz. También vale la pena hincarle el diente a alguno de los manjares de la panadería Demel (Kohlmarkt 14), un lugar precioso que predica la excelencia tanto en el café como en el dulce que indefectiblemente lo acaba acompañando.
Intrigante> Quantum of Solace> la cinta cuenta con escenas rodadas en la Ópera Nacional de Viena (Opernring, 2), una de las más importantes del mundo, de ésas que ponen los pelos de punta. En su interior, llama la atención el vanguardista telón de acero que separa el escenario del patio de butacas, un diseño de la artista Tauba Auerbach que es puro arte. El acceso a este universo paralelo de la ópera está al alcance de todos, ya sea haciéndose con una de las baratas entradas de pie –lógicamente, de lo más solicitadas-, o sentándose al aire libre en una de las 180 sillas en Karajan-Platz y frente a una pantalla LED de 50 m2. Esta última experiencia queda reservada para los que viajen a Viena entre abril y junio, así como en septiembre y durante la Nochevieja. Una experiencia gratis.
Queda claro que Viena es la ciudad de la música. Ahora, además, la capital de Austria es un viaje de cine, aunque eso lo haya sido siempre, y por muchos años.
Foto | Christian Stemper