Desde la década de los 80, Costa Rica se ha ganado una reputación turística por méritos propios: no sólo como destino de playas increíbles, también como un paraje de ecoturismo y aventura para todos. Y, precisamente, una región de la provincia de Alajuela llamada Arenal, a un par de horas al norte de la capital San José, se ha especializado en actividades al aire libre. Para divertirse y soltar adrenalina, no hay sitio mejor.
La zona lleva el nombre de un volcán activo y de un lago que está junto a él. A 1.633 metros de altura, el volcán Arenal estuvo inactivo hasta 1968, cuando entró en erupción y destruyó la localidad cercana de Tabacón. Durante décadas, sus ríos de lava activa se convirtieron en una atracción turística y un foco de estudio científico, pues era visible de noche y desde kilómetros de distancia; hoy en día se pueden encontrar aquí muchas rutas de senderismo y albergues como el Arenal Observatory Lodge.
En la parte oeste del volcán se encuentra el Lago Arenal, que es el más grande de Costa Rica (85 kilómetros cuadrados), con excelentes opciones para realizar pesca, kayak y actividades de remo, pero sobre todo windsurf, kitesurf y wakeboard entre noviembre a abril, los mejores meses para practicar estos deportes. Alberga, además, un sinfín de opciones para realizar senderismo, ciclismo, observación de aves y montar a caballo.
En la cara este del volcán se ubica la ciudad donde la mayoría de los visitantes hacen base: La Fortuna. Con una población de un poco más de 8.000 residentes permanentes, debe su nombre a las tierras fértiles que lo rodean: hablamos de una pequeña ciudad turística típicamente centroamericana y no excepcionalmente bonita, todo sea dicho, pero con un punto atractivo, buen ambiente para los mochileros y numerosas opciones para alojarse, comer y salir por la noche.
También es un punto álgido para viajeros que buscan ecoturismo y opciones de aventuras, especialmente rafting, ciclismo de montaña, bicicleta de montaña, paseos a caballo y canyoning (arriba), una especialidad que implica excursiones, escalada, saltos, rappel y natación. Las principales atracciones locales incluyen la Catarata de la Fortuna (una cascada de 70 metros); las increíbles cuevas del Venado; el Conservatorio de mariposas; el Parque Místico de Puentes Colgantes, que te permite caminar entre árboles de la Selva Tropical; muchas tirolinas; y el Arenal Bungee, uno de los puentes para puenting más altos de América Central.
Pero, sin duda, mi lugar favorito está fuera de la ciudad, en la colina hacia el volcán y el lago, donde varios establecimientos han aprovechado las fuentes termales geotérmicas generadas por el volcán para crear resorts en los que los visitantes pueden bañarse en sus cálidas aguas. Cada uno te da una sensación diferente: Baldi, por ejemplo, es un poco más comercial, con bares, toboganes de agua, y música de fiesta; los de Springs Resort, por su parte, son más sencillos y con un paisajismo mucho más natural. Mis favoritos, no obstante, son el par de parques de aguas termales propiedad del complejo más sofisticado de la zona, Tabacón, ambos diseñados con un paisajismo excepcional; uno más austero y el otro más exuberante, con todo tipo de rincones exóticos, así como restaurantes y bares en el agua.
Imágenes | Robert Ciccheti; Caribe Shuttle; David Berkowitz.