Chile a través de las casas de Pablo Neruda

29/09/2017

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Si Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto estuviese vivo, sonreiría con cierta ironía si supiese que se ha convertido en uno de los principales motivos por los que los viajeros acuden a Chile. El personaje oculto detrás de este kilométrico nombre es el, considerado por Gabriel García Márquez, “más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma”. Me refiero, por supuesto, a Pablo Neruda.

Chile es uno de los lugares más interesantes del planeta por méritos propios: paisajes alpinos y desérticos, combinados con una interminable línea litoral, que se extiende desde el trópico de Capricornio hasta las regiones polares antárticas. Éstos ya son motivos más que suficientes para dedicarle un pedazo de nuestras vidas a la visita del gigante sudamericano, pero hoy vamos a conocer Chile de una forma distinta: vamos a hacer un recorrido a través de los lugares que habitó el gran poeta autor de Los Versos del Capitán, hoy convertidos en casas museo.

Neruda fue un gran viajero, en gran parte por su carrera de diplomático, que lo llevó a recorrer numerosos lugares del planeta, pero su corazón siempre estuvo en su país natal. En Chile llegó a vivir en tres lugares distintos: Santiago, Valparaíso e Isla Negra.

La Chascona, en Santiago

El barrio de Bellavista, en Santiago de Chile, es el lugar donde se ubica la Chascona, casa adquirida por el poeta en 1953. En ella, Neruda recomenzaría su vida sentimental junto a la artista chilena Matilde Urrutia, tras abandonar a su segunda mujer. Chascona, que en quechua significa despeinada, fue el nombre elegido en honor a Matilde, mujer de densa y alborotada cabellera rojiza. El poeta escribió una vez sobre la Chascona:

La piedra y los clavos, la tabla, la teja se unieron:
he aquí levantada la casa Chascona con agua que corre escribiendo en su idioma,
las zarzas guardaban el sitio con su sanguinario ramaje
hasta que la escala y sus muros supieron su nombre.

Como gran parte de su obra y sus otras dos casas, los motivos marítimos inundan el lugar,  donde también se encuentra el mayor galardón otorgado al escritor en 1971, el premio Nobel de Literatura. Saqueada en los momentos del golpe de Estado de Pinochet en 1973, Matilde, ya sin Neruda, se encargó de reparar y rescatar los restos del legado del poeta.

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La Sebastiana, en Valparaíso

En la aérea Valparaíso, en el cerro Florida, se encuentra la Sebastiana (arriba), propiedad de Neruda desde 1959.

La casa crece y habla,
se sostiene en sus pies,
tiene ropa colgada en un andamio,
y como por el mar la primavera
nadando como náyade marina
besa la arena de Valparaíso,

ya no pensemos más: ésta es la casa:
ya todo lo que falta será azul,
lo que ya necesita es florecer.
Y eso es trabajo de la primavera.

Buscando las alturas de la ciudad costera chilena, Neruda utilizó la Sebastiana en los momentos en que sus viajes le permitían parar más tiempo por Chile. Al igual que la Chascona, el golpe de estado la llevó al abandono, siendo restaurada en 1991, cuando volvió a florecer como casa museo, hasta convertirse en Monumento Nacional en 2012.

La casa de Isla Negra

La casa de Isla Negra (imagen principal) fue la primera que tuvo Pablo Neruda. De la pequeña cabaña de piedra a orillas del mar que era en 1938, la casa fue ampliándose poco a poco con una estructura de barco en tierra, con  techos bajos, suelo de madera crujiente y pasillos  angostos. Para Neruda, esta casa representaba uno de los símbolos más importantes en su poesía: el mar. En ella se encuentra gran parte de las colecciones que el poeta atesoró a lo largo de su vida, muchas relacionadas con el océano: réplicas de veleros, mapas, mascarones de proa. Sobre ella, un soneto dice así:

La gran lluvia del sur cae sobre Isla Negra
Como una sola gota transparente y pesada,
El mar abre sus hojas frías y la recibe,
La tierra aprende el húmedo destino de una copa.

Convertida en residencia habitual para Matilde y Neruda, la casa fue expropiada durante la dictadura y devuelta tiempo después a la familia, pasando a convertirse en un Centro Cultural donde se realizan exposiciones, conferencias y recitales de poesía.

Los amantes de la literatura encontrarán en esta ruta por las casas de Pablo Neruda un buen motivo para ver Chile con otros ojos, los ojos de un hombre que plasmó en cada uno de sus versos el amor por una tierra que le hizo llorar y reír a partes iguales pero de la que, pese a la llegada de la dictadura, no le pudieron separar jamás.

Imágenes | Mandy2110Adwo.

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