Picasso (1881-1973). Pintor y escultor español, uno de los padres del cubismo y uno de los artistas clave del siglo XX. Su obra se encuentra repartida por todo el mundo.
Lautrec (1864-1901). Pintor y cartelista francés, uno de los artífices del postimpresionismo y uno de los artistas clave del siglo XIX. Su obra se encuentra repartida por todo el mundo.
Dos artistas. Frente a frente. Picasso frente a Lautrec. Lautrec frente a Picasso. Una comparación, así de simple y así de compleja, es el fundamento de esta muestra en el Museo Thyssen-Bornemisza. Desde el pasado mes de octubre y hasta el próximo 21 de enero podremos disfrutar en Madrid de este encuentro artístico: por primera vez, dos grandes de la vanguardia se enfrentan así, en una exposición monográfica.
Pese a la diferencia de edad -cuando Picasso aterrizó en París con ganas de comerse el mundo, gozaba de apenas 19 años; en aquel momento, Lautrec ya era un avispado y desenvuelto artista de 35 años con una enfermedad a cuestas y con sólo un año más de vida por delante- y pese a no haberse conocido personalmente, Picasso y Lautrec están unidos por varios factores que también se exhiben aquí: su pasión por la vida parisina nocturna más oscura y ese empeño en romper con el arte que les precedía.
Ambos gozaban con el movimiento y la luz, con las mujeres de labios pintados y con la marginalidad del ser humano. Huían de las estampas al uso, de los paisajes perfectos y de los bodegones sin gracia aparente; además, cabe señalar la profunda admiración que Picasso siempre le profesó a su predecesor. Incluso a título póstumo lo seguía, lo admiraba, y la obra de su camarada francés siempre sobrevoló la suya propia. Hasta el final de sus días, Pablo Picasso supo admirar, interpretar y reinterpretar la obra de Henri de Toulouse-Lautrec.
Quizás la magia de esta exposición resida en darnos cuenta que, efectivamente, tal y como el malagueño creía, él y Toulouse era almas gemelas. Pese a no haber vivido realidades siempre iguales, pese al salto generacional y pese a que sus obras, aún teniendo tanto en común, distan mucho en resultados finales.
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