Ravi Santana
Nieve, fuegos artificiales, encuentros multitudinarios y una cuenta atrás que resuena ilusionante cada vez: éstos son los hitos sobre los que versan las celebraciones de Año Nuevo en Europa y en América, pero… ¿te has parado alguna vez a pensar cómo se celebra el Año Nuevo en otras partes del mundo? ¿En África, por ejemplo? Pues mira, así se festeja esta efeméride en algunos destinos Iberia del continente.
En Europa estamos acostumbrados a festejar este día con frío, bien abrigados, pero en países como Sudáfrica lo hacen en pantalón corto y junto al mar. ¿El motivo? Que allí, en diciembre y enero, se encuentran en pleno verano. Hay conciertos, comidas al aire libre y un ambiente de primera allá por donde vayas. La emoción se respira en el ambiente. Son famosas por ejemplo las celebraciones en Ciudad del Cabo, al oeste del país, que se alargan hasta el 2 de enero para hacerlo coincidir con el Carnaval de Año Nuevo, una cita en la que participan decenas de miles de personas.
Como curiosidad, en el barrio de Hillsboro de Johannesburgo tienen la costumbre de empezar el nuevo año sin muebles ni enseres viejos, así que… tiran la casa por la ventana; sí, literal, tal cual lo estás leyendo. Una buena manera de pasar página. Si paseas por la zona el 1 de enero, ¡ten mucho cuidado con lo que pueda caer del cielo! En Newtown, una de las zonas más creativas de la ciudad, es donde se producen las mayores aglomeraciones festivas.
A Dakar, la capital de Senegal, siguen viajando aventureros con un sueño por cumplir sobre dos ruedas: tras varias etapas de rally por el desierto, llegar a una ciudad costera como ésta supone una merecida recompensa. El 31 de diciembre son comunes las cenas formales y las veladas en los barrios más pudientes, como el de Fann, donde senegaleses y expatriados se reúnen en armonía para compartir experiencias de ambos continentes; sus celebraciones se dejan sentir hasta bien entrada la noche, también en discotecas al aire libre. Quizá no con tanto glamour, pero sí con la misma ilusión, festejan el fin de año en los barrios más humildes. De lo que sí disfrutan todos es del espectáculo de fuegos artificiales que colorea el océano Atlántico a medianoche, algo irrepetible. ¿Un rincón ideal desde el que disfrutarlo? La isla de Gorea, sin duda, Patrimonio de la Humanidad.
En contraposición al rigor religioso que se vive por estas fechas en buena parte de su capital, en Ghana haremos hincapié en el Carnaval de Winneba, una ciudad a sólo dos horas de Accra: vecinos y visitantes se engalanan con llamativos disfraces y se dividen en grupos para optar al premio de mejor actuación y mejor traje, unas creaciones que preparan con esmero y con una antelación de varios meses. Esta celebración de Año Nuevo se remonta a finales de 1950 y es una fiesta a la que todos desean acudir, pues música y el color toman las calles durante horas. Aquí, atención, Papá Noel llega sobre unos zancos.
En Marruecos, su proximidad a España ha llevado a muchos hoteles de las grandes ciudades, como Marrakech, Casablanca o Tánger, a asumir como propia la tradición de comer las uvas el 31 de diciembre y a comenzar el año con una buena dosis de alegría. Los reciben con el kit ya preparado, decoración ad hoc incluida. Y es que su suave clima en esta época también ayuda; de hecho, cada vez son más los que aprovechan estos días para viajar al desierto y dar la bienvenida al nuevo año entre dunas, camellos y jaimas, desconectados de la rutina y rodeados de personas que acaban de conocer. Original cuanto menos, ¿no crees?
Imagen | Filipe Frazao