Sakura Haruno, nombre que traducido al español significa flor de cerezo y campo de primavera, es un personaje ficticio del manga que pasea un pelo de lo más entretenido, de un color rosa chicle tirando a fresa. Esos cabellos hacen pensar en el cerezo en flor, en los tonos que alcanzan sus ramas cargadas de pétalos, estructuras entre las que la mismísima pantera rosa podría camuflarse y practicar el postureo más camaleónico.
A propósito del cerezo en flor, el momento de hablar del hanami -como se conoce al tan célebre fenómeno de floración en Japón– es ahora, ya que su punto álgido queda a la vuelta de la esquina. El período en el que brotan los cerezos es todo un festival para los sentidos, de ahí que muchos consideren que se trata del mejor momento para viajar al país del sol naciente.
¡Qué colosal acierto puede ser volar a Tokio y recorrerlo en marzo/abril! Japoneses más expresivos que nunca, árboles esponjosos que querrías abrazar y olor a primavera… Así es Japón cuando eclosiona y se tiñe de blanco y rosa. Lo es a lo largo y ancho de su territorio, aunque uno de los rincones con más magia esos días, uno de los secretos mejor guardados es, sin duda, Nara.
Tokio y Nara: dos lugares, dos maneras de contemplar el cerezo en flor
Tokio
Como ya contamos hace un tiempo, el hanami se disfruta en multitud de parques y templos de la capital, que bullen con el frenesí de sus habitantes. De entre ellos, recomendamos la visita a los Bokutei no Sakura, cerezos cargados de historia que fueron mandados plantar en el siglo XVIII; empezaron siendo cien, pero la gente plantaba más y más hasta devenir los más de mil que actualmente pueblan las orillas del río Sumida, en el distrito del mismo nombre. La zona cuenta con secciones, como la que discurre entre los puentes Sakura y Makura, que son patrimonio cultural y orgullo para los tokiotas. Lo ideal es hacer coincidir la visita con el Festival Bokutei Sakura Matsuri, que se celebra entre finales de marzo y principios de abril.
¿Cómo combinar dos de los puntos de interés más carismáticos de la ciudad? Muy fácil. Lo que despierta la curiosidad y el interés de muchos es que los espectaculares Bokutei no Sakura florecen a los pies de la singular Tokyo Skytree, la torre de comunicaciones más alta del mundo. Con su color blanco azulado tan peculiar, contemplarla desde abajo constituye una sensación indescriptible. A 450 metros de altura, se trata de uno de los mejores miradores de la ciudad, con unas vistas panorámicas sobre Tokio sin parangón. Las entradas pueden comprarse con antelación a través de la página web de la torre.
Nara
Una atmósfera tranquila, una tradición sosegada que es contagiosa. Nara tiene magia. Nara es especial.
La visita a Nara marca uno de los recuerdos más intensos del sakura, del cerezo en flor japonés. La ciudad es un rincón de paz en el que los ciervos salvajes campan a sus anchas por las calles, mientras agachan sus cabezas y se entretienen, juguetones, mordisqueando los pétalos de flor de los cerezos que encuentran a su paso. Se trata de una de las estampas más típicas de la que fuera capital del país en el Japón medieval. Y el que tuvo, retuvo.
Nara, a menos de cuatro horas de Tokio en tren de alta velocidad (shinkansen en japonés), es casi tan conocida por los ciervos sika, considerados tesoro nacional, como por los templos. La lista de estos últimos es kilométrica, ya que el conjunto llamado Monumentos históricos de la antigua Nara (Hōryū-ji, Tōdai-ji, Kōfuku-ji, el Gran Santuario Kasuga, Gangō-ji, Yakushi-ji, Tōshōdai-ji y los restos de palacio Heijō) dan para mucho y más. De hecho, forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Entonces, ¿imagináis todas estas maravillas entre cerezos en flor? La guinda del pastel es el monte Yoshino, un lugar de peregrinación a una hora en coche de Nara que, con sus cerca de 30.000 cerezos, se erige como uno de los mejores lugares de Japón para maravillarse con el espectáculo natural de su floración.
“No me preguntes hacia dónde me dirijo, ya que viajo por este mundo ilimitado, donde a cada paso que doy es mi hogar” (Dögen Zenji). Aunque Japón es siempre una buena idea, aquí os dejamos algunos consejos para visitarlo en su mejor momento.
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