Sasha Fenix
Puerto Rico es ese tesoro escondido del Caribe donde el sabor latino se siente por todos lados, siendo un verdadero paraíso tropical de playas cálidas, bordeadas de palmeras, selvas tropicales y una vibrante cultura e historia. Además, los turistas son más que bienvenidos tras haber sido ser azotados por los huracanes Irma y María el otoño pasado. Pero cuando los propios puertorriqueños -y algunos turistas exigentes-, quieren «alejarse de todo» se escapan a su propio paraíso escondido.
Se trata de la isla situada en la costa este de Puerto Rico, donde puedes perderte como si fueras un náufrago del antiguo Caribe. Amigos: sean bienvenidos a Vieques.
Vieques es una isla que está muy cercana a Puerto Rico. De hecho, se encuentra a 90 minutos en ferry desde Fajardo (a unos 50km de San Juan) o si tienes poco tiempo, a un vuelo de 10 minutos desde Ceiba. Esta isla portorriqueña de 34 kilómetros de largo por 6 kilómetros de ancho también es conocida como la Isla Nena y tiene una población de unos 9.300 habitantes. Allí encontrarás dos pueblos muy tranquilos llamados Isabel Segunda y Esperanza, sin semáforos y con un discreto encanto colonial español.
Pero lo que más atrae de esta isla son las 40 playas idílicas de arena blanca consideradas entre las mejores del Caribe; especialmente destacan García, Navio, Sun Bay, Caracas y Media Luna. Y si quieres cambiar un poco, también hay una playa de arena negra, Playa Negra. En muchos de estos lugares se puede practicar surf, snorkel y buceo.
La mayoría de sus habitantes no viven allí siempre. Hay algunos que trabajan en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Vieques que cubre la parte este de la isla y es ideal para hacer excursiones, ir en bicicleta, observar pájaros, conocer playas y divisar animales marinos salvajes como delfines, ballenas o manatíes. Esta reserva fue creada sobre un antiguo campo de tiro de la Marina de los Estados Unidos, que tras más de medio siglo de daños ambientales fueron expulsados en 2003.
Entre las construcciones que se pueden visitar están el Fortín Conde de Mirasol en Isabel Segunda -también conocido como Fuerte de Vieques-, un pequeño fuerte que fue el último construido en 1845 por España en América; el Faro Punta Mulas construido en 1896 y que también tiene un museo; y las ruinas de Esperanza de un antiguo molino azucarero. También vale la pena visitar el Fideicomiso de Conservación e Historia de Vieques, con exposiciones sobre la historia local, la vida silvestre, el arte y la cultura.
Otro de sus grandes atractivos es una de las más impresionantes bahías bioluminiscentes del mundo, habitada por microorganismos que brillan en la oscuridad. La bahía de Puerto Mosquito, también conocida como Bahía Fosforescente, tiene fama de ser la más brillante del mundo, protegida por una barrera de manglares en la puedes ir en kayak, canoa o nadar. Pero cuando te bañes tu cuerpo también resplandecerá mientras te deslices junto a ellos. ¡Es una experiencia impresionante!
También puedes encontrar caballos libres (arriba), en playas, caminos o senderos. No son salvajes, y si es necesario sus dueños de alguna manera saben cómo encontrarlos.
En resumen, aunque todavía hay restos de los daños ocasionados por los huracanes en Vieques, incluidos algunos restaurantes y alojamientos cerrados, las carreteras están despejadas y en su mayoría los servicios están operativos (incluida la energía suministrada en parte por los nuevos paneles solares instalados por Tesla), lo que permite que los todos podamos seguir disfrutando de los encantos idílicos que tanto nos han cautivado.
Más información: Vieques.com, Vieques-Island.com, ViequesTravel.com. | José Bilbao