Seguro que alguna vez has escuchado hablar sobre el impresionante Caminito del Rey, en la provincia española de Málaga, que en su momento llegó a ser considerada la senda más imponente del mundo. Construida entre 1901 y 1905 para facilitar el acceso de los trabajadores a las centrales hidroeléctricas locales, estuvo cerrada al público durante varios años y, tras obligados trabajos de restauración, desde su reapertura en 2015 ha ganado en esplendor y accesibilidad: sus cien metros de altura se han adecuado con barandillas que posibilitan el paso y la transición a los visitantes.
Nada de esto impidió que me armara de valor y reservara las entradas mientras trataba de no pensar demasiado en las tortuosas alturas de un camino que se aferraba a esa famosa roca escarpada. Mereció la pena, vaya que sí.
Con una anchura que difícilmente sobrepasa el metro, el Caminito del Rey recorre ocho kilómetros a través de la Garganta de El Chorro en las afueras de la localidad de Ardales, cincuenta minutos tierra adentro si partimos desde la ciudad de Málaga. La mitad es un sendero de montaña a nivel del suelo, la otra mitad un atrevido paseo por pasarelas de madera; y me resultó curioso, para bien, porque ni siquiera me dejé llevar por el vértigo en el puente suspendido del Desfiladero de los Gaitanes, uno de los lugares más fotografiados del recorrido: me detuve en mitad del puente y disfruté del sonoro eco que tronaba en aquellas paredes cóncavas cuando alguien gritaba. Me adentré sin problemas en la plataforma de cristal que te permite ir un poco más allá y mirar hacia el infinito bajo tus propios pies. Sí, ¡prueba superada!
Gracias a su merecida reputación y unos paisajes espectaculares, el Caminito del Rey se ha convertido en una atracción muy concurrida, incluso por el hecho de que la expedición puede tener hasta cuatro horas de duración. Y me satisface narrar que no es el único lugar de España donde podemos disfrutar de una experiencia de este calibre:
ANDALUCÍA
Cazorla, Jaén – Cerrado del Elías
A poco más de una hora de la ciudad de Jaén, capital de la provincia a la que da nombre, esta ruta sencilla y bastante llana (11 kilómetros) sigue el sinuoso río Borosa en las estribaciones de la Sierra de Cazorla. Aunque hay opciones de regresar en diferentes tramos del camino, merece la pena llegar al final (tres horas de trayecto a la ida y otras tantas a la vuelta) para deleitarse con su encantadora cascada de agua cristalina. ¡No olvides tu traje de baño!
Castril, Granada – Sendero La Cerrada
Ciudad de montaña, calles empedradas y casas pintadas con inconfundible color blanco, Castril se encuentra a 45 minutos de la ciudad de Granada. ¿Cómo empezar la ruta? Estaciona junto a la cascada y dirígete hacia el frondoso túnel de árboles que da comienzo a una preciosa pasarela de madera que acompaña al río Castril, abarrotado de vegetación y en el que puedes sumergir los dedos de los pies y cruzar un puente colgante. Se trata de una ruta circular de dos kilómetros, de fácil ejecución y que deja a su paso paisajes de gran belleza.
ARAGÓN
Aliaga – La senda fluvial
A las afueras de esta pequeña localidad, a menos de dos horas de Zaragoza, esta atractiva ruta de senderismo tiene dos secciones muy diferenciadas: la primera, de 6,5 kilómetros a lo largo de una pasarela suspendida sin apenas desnivel, se puede cubrir fácilmente en un par de horas. Comienza en la zona minera de Santa Bárbara, pasa por la capilla barroca de la Virgen de la Zarza (siglo XVII) y termina en el embalse de La Aldehuela, frente a una estación eléctrica abandonada; la segunda opción ofrece un recorrido de 2,5 kilómetros y resulta mucho más aventurera, sorteando obstáculos desde la orilla hasta lo alto del muro de la presa.
Alquézar – Pasarelas del Alquézar
Esta suave ruta circular de 2,2 kilómetros comienza en la Plaza Mayor de este municipio medieval. En ella, el primero de los puentes discurre entre un peñasco rocoso y la muralla de un castillo; ahí, las pasarelas metálicas suspendidas conducen a un antiguo molino hidroeléctrico donde unas pequeñas playas de color turquesa y poco profundas son el lugar ideal para refrescarse en verano. Sencillamente espectacular.
Calomarde – Ruta del Barranco de la Hoz
A una hora de la ciudad de Teruel, Calomarde es una pequeña aldea de sólo 80 habitantes que alberga esta espectacular ruta de 8,5 kilómetros de recorrido. Su principal reclamo son los paisajes del Barranco de la Hoz, con puentes que cuelgan entre las rocas, pero también el Puente de Toba, que acompaña al río Blanco. Esta ruta de casi tres horas finaliza en otro precioso pueblo de montaña, Frías de Albarracín.
Imágenes: Rachel Webb y Turol_Jones | Rachel Webb