Si cuando viajamos nos gusta que nos den una excusa para explorar, y cuando exploramos no hay tiempo que perder, entonces iremos directos al grano. Tal es la lógica proposicional de una de las islas volcánicas más deseadas del planeta. Con Gran Canaria no hay rodeos que valgan.
La Red de Miradores de Gran Canaria es uno de esos detonantes viajeros tras los que físicamente nos encontraremos rodeados de paisajes de una pureza sorprendente, mientras que anímicamente nos sentiremos muy cerca del cielo. En resumen, el plan consiste en hacer una ruta en coche entre montañas, naturaleza y vistas privilegiadas, aunque es eso y mucho más: es un itinerario que es un juego, una colección donde cada mirador es un cromo. Como si de una yincana se tratara, el reto consiste en visitarlos uno por uno: Roque Nublo, El Ingenio, Caldera de los Marteles, y así un largo etcétera. Querremos verlos todos, compararlos, encuadrar y darle al zoom, hasta que el horizonte quepa en una foto, hasta maravillarnos.
Madre no hay más que una, aunque eso en Gran Canaria no pasa. El mirador Barranco Las Madres, de entre todos los de la isla, llama la atención por su nombre bonito, además de por el verde intenso, las palmeras y el encantador casco histórico de la Villa de Firgas, que visitaremos. Una Reserva Natural Especial privilegiada cuya verticalidad y dramatismo se acentúa en el tramo final, donde pasa a denominarse Barranco de Azuaje, el más profundo del norte. Desde el balcón al Barranco de Las Madres de Firgas -o de Las Mil Fuentes- podremos divisar, un día despejado cualquiera, el Pico del Teide y parte de la isla de Tenerife. Brutal.
¿Qué hacer en el Barranco Las Madres? Para empezar, rendir a Firgas la pleitesía que se merece, pues la fama de ser uno de los pueblos más bonitos de Gran Canaria le precede. La Avenida de Canarias, una pequeña calle cuyo suelo está decorado con mosaicos en relieve de cada una de las islas, destaca entre las visitas más curiosas del lugar. Otra oportunidad fotográfica es el Paseo de Gran Canaria, la empinada calle por la que discurre una fuente con forma de cascada. Bellísima.
El mirador Barranco Las Madres será también el punto de partida para estirar las piernas y practicar senderismo, ya que la cosa no solo va de mirar, sino de pasar a la acción. De moverse, de respirar y sentir. En definitiva, de vivir. De calzarse las botas de caminar y descubrir una ruta tan singular como la de los miradores de Gran Canaria. En este sentido, la villa de Firgas cuenta con seis rutas circulares para hacer a pie, señalizadas, diferenciadas por colores, y para todos los niveles de dificultad, además de con cuatro rutas en bicicleta de montaña. Ahí es nada.
Y para recuperar las fuerzas venidas a menos, ¿qué mejor que elegir alguno de los populares mesones o asaderos de la zona? Nos sentaremos alrededor de la mesa a compartir unos “enyesques” (aperitivos), seguidos de un buen primer plato. Un potaje de berros, por ejemplo, o un delicioso conejo en salmorejo. La Red de Miradores de Gran Canaria atrapará nuestros cinco sentidos, y será el motivo de unas cálidas vacaciones otoñales de senderismo, buen tiempo, ruta en coche, naturaleza y desconexión.
Fotos de Mike McBey y El Coleccionista de Instantes Fotografía & Video | Marita Acosta