Lo bueno se hace esperar, y si no, que se lo digan a Argel. En su caso, lo superlativo son las obras de la nueva mezquita de la capital de Argelia, una construcción nacida para ser la más grande de África.
Aunque la línea de meta al fin se divisa en el horizonte, esta se resiste a ser cruzada. Se esperaba que la imponente construcción quedara finiquitada en diciembre de 2018, pero parece que el honor ha sido reservado para este recién estrenado 2019. En cualquier caso, el final se aproxima. Este gigante complejo religioso se está ultimando a las afueras de la capital, en una zona situada a unos 6 kilómetros del centro de Argel. El edificio aspira a ser uno de los mayores templos islámicos del mundo, con el minarete más alto del planeta, de 267 metros.
Una vez acabada, esta mezquita de Argel será la mayor de África y la tercera del mundo: 400.000 m² de superficie que albergarán hasta 12 edificios. Más allá de sus imponentes dimensiones, que la convertirán en algo único, otro de los atractivos de la nueva mezquita de Argel serán los espacios verdes que la rodearán, con especial atención al jardín islámico.
Más novedades sobre la capital de Argelia
La nueva mezquita no pone punto y final a las novedades en Argel. Se ha confirmado que el genial arquitecto francés Jean Nouvel, ganador del Premio Pritzker, será el encargado de restaurar la Casbah de Argel, ese cúmulo de laberínticas calles y recovecos que, a pesar de un presente algo deslucido, fue incluida por la UNESCO en su lista de Patrimonio de la Humanidad. Y quien tuvo, retuvo.
La historia de Argel se refleja en su Casbah. Aunque en fase de estudio, el proyecto promete devolver el esplendor a toda esa riqueza patrimonial e histórica, oculta bajo el estado actual de tal prodigio arquitectónico. La intervención de Nouvel persigue revitalizar un barrio cargado de historia, fundado en el siglo X por comunidades bereber.
Más patrimonio mundial, más madera
En espera de estas nuevas maravillas, Argel no se detiene. El país atesora otros patrimonios del mundo, entre ellos Gardaya, a la vez nombre de capital y provincia. Dentro de las fronteras de esta última se halla el Valle de M’Zab, registrado por la Unesco en la lista de Patrimonio de la Humanidad desde 1982.
El Valle del M’Zab, en la parte central del Sahara y a unos 600 kilómetros al sur de Argel, es famoso por sus ciudades construidas por los ibadíes a principios del siglo XV, siendo Ghardaïa -como también se la conoce -la más representativa. Entre dunas de una fina arena rojiza, su encanto de ciudad amurallada, con su mezquita piramidal, su plaza con arcadas – la Place du Marché, de visita obligada- y sus casas blancas hechas de tierra, arcilla y yeso, resulta en un territorio fascinante. Sin duda, quien divisa la panorámica de Gardaya, erigida hace más de mil años, no la olvida. Habitada por un pueblo tan singular y único como los mozabitas, M’Zab influyó en arquitectos franceses de comienzos del XX, entre ellos Le Corbusier.
En definitiva, Argel y la casa madre, Argelia, están llenas de sorpresas y de patrimonio del mundo. Con mucho aun por llegar, ya sean mezquitas colosales o barrios históricos que recuperan su esplendor, Argel es un destino para viajeros exigentes. Y no defrauda.
Foto Yves Jalabert |Marita Acosta