¡Ay Faro! ¡Qué olvidada tenemos a la capital del Algarve! Y no será porque no cuenta con méritos propios para conocerla, disfrutarla y pasearla. Pero, cuando una capital no está entre esa lista top de ciudades turísticas idílicas para una escapada, es como si ni siquiera existiera…
En Faro no reina el turismo. Ni la algarabía propia que tal turismo confiere a cualquier ciudad. Pero en Faro reinan otras cosas que quizás capten tu atención para que vueles hasta allí.
¡Acompáñanos!
Presta atención y toma buena nota. Aquí van algunos buenos motivos para conocer la capital y la ciudad más poblada de uno de los paraísos portugueses llamado Algarve:
- Tiene aeropuerto. Según aterrizas, ya has llegado. De hecho, quien vuela a Portugal para ir a la zona del Algarve, suele aterrizar en el aeropuerto de Faro.
- Es una ciudad muy tranquila. Si el bullicio típico de un lugar cien por cien turístico no te apasiona, seguramente te encandile el sosiego de Faro. Esta calma se suele respirar siempre, pero se acentúa en los meses de vacaciones. La explicación es bastante lógica: Faro es una ciudad con relativo ajetreo estudiantil. Cuando los estudiantes vuelven a casa en vacaciones, la ciudad lo nota en muchos sentidos, uno de ellos, es en esa paz aún más marcada.
- Cuenta con un casco histórico muy interesante y bonito. Vila Adentro, como se le conoce al mencionado casco, es encantador y está recogido dentro de la antigua muralla romana que la ciudad aún conserva y que fue declarada lugar de interés público. En un par de horas lo habrás recorrido y te habrás enamorado de sus pequeñas calles empedradas y de sus casas blancas con flores y balcones.
- Esconde mucha historia. Se aprecia el recorrer su casco histórico y al observar su muralla, pero también visitando la Catedral de Faro, deambulando bajo su Arco do Repouso y atisbando sus dos torres de defensa. La Catedral es de un gótico descarado y está completamente restaurada.
- Está rodeada de playas maravillosas. A pocos kilómetros en coche, o incluso en barco si prefieres no conducir, encuentras playas de arena fina y agua cristalina. Dos buenos ejemplos son Ilha Deserta y la Playa de Faro. La primera, como el nombre indica, está ubicada en una isla. Es una playa bastante frecuentada, pero dados sus 7 kilómetros de extensión nunca será agobiante ni tendrás problemas de espacio. Puedes llegar hasta allí cogiendo un barco que sale desde el puerto de Faro (10 euros ida y vuelta) y que tarda algo más de media hora en llegar. La segunda playa, es muy similar a la primera. Suele tener más afluencia que la primera, pero tampoco estamos hablando de nada excesivamente agobiante. Situada a unos 3 kilómetros de la ciudad, puedes llegar hasta ella cruzando en coche un puente que llega hasta la playa o, bien, cogiendo otro barco (3 euros ida y vuelta) también desde el puerto.
- Su Parque Natural de la Ría Formosa, que puedes visitar cogiendo una de las innumerables barcas con guía que salen desde el puerto a lo largo de todo el día. Si algo caracteriza a este parque son sus marismas, sus humedales, sus lagunas de agua salada y sus cientos de playas desiertas cobijadas en miles de mini islas perdidas. Además, la riqueza de aves migratorias que sobrevuelan el lugar es tan sorprendente como interesante, así como la presencia de determinadas especies animales en peligro de extinción como el perro de aguas portugués, el camaleón o el caballito de mar. En definitiva, es lógico que este parque sea considerado como una de las 7 Maravillas Naturales de Portugal.
- Su puerto. Como vemos, el puerto de Faro tiene mucho movimiento y es un ir y venir de barcas y ferrys que te llevan aquí y allá. Es un puerto jovial y cuidado. Además de su actividad, fíjate en sus letras de Faro, grandes, negras y brillantes, que le dan ese aire cosmopolita y moderno al puerto.
- Su Alameda y su Centro Ciencia Viva do Algarve. Fusionamos ambos planes porque ambos son perfectos para visitar con niños. La Alameda es una especie de jardín botánico con zonas para hacer ejercicio al aire libre, área de juegos infantiles, minigolf, cafetería y… ¡pavos reales correteando a su antojo! El Centro Ciencia Viva do Algarve es un museo interactivo enfocado a los más pequeños: además de aprender, pasarán un rato de lo más entretenido.
- Tiene cerca otros pueblos y lugares de interés como Estói, Olhao, Loulé y Tavira:
Estói es un encantador pueblo que presume de Palacio y de ruinas -las Ruinas Romanas de Milreu-. El rococó Palacio de Estói es hoy en día hotel, pero puede ser visitado sin necesidad de hospedarse allí.
Olhao es un núcleo de población rotundamente diferente. Poco tiene que ver con el aire de Faro. Su inmenso puerto de pesca y sus características y longevas casas de pescadores tienen mucho que ver. Su lonja de pescado de inspiración árabe te llamará especialmente la atención.
Loulé está a uno 20 kilómetros hacia el interior de Faro. Es famoso por su Carnaval y por sus muchos castillos y murallas que presagian otro casco antiguo digno de visita.
Tavira es el punto más alejado de estos cuatro. Localizado a unos 40 kilómetros, que los puedes recorrer en un cómodo y placentero viaje en tren, sigue la estela de Faro con un casco viejo muy similar, aunque de mayores dimensiones. ¿Lo mejor? ¡Su castillo!
Y hasta aquí algunos buenos motivos para perderte por Faro. Seguro que si vas, tú mismo descubrirás otros tantos buenos motivos para hacerlo…
¿Te animas?
Fotos: peeterv, brytta, membio y anyaivanova | Mª José C. Lamas