En un reciente viaje por los fiordos de Noruega tuve la suerte de poder conocer también la segunda ciudad más importante del país: hablo de Bergen, una pequeña joya que recomiendo encarecidamente, si es que se puede considerar como ‘pequeña’ una ciudad que llega casi a los 300.000 habitantes; y sí, es uno de los nuevos destinos de Iberia para este año 2019 junto con Oslo, la capital del país. Tan pintoresca como acogedora. ¿Nos acompañas?
Rodeada de colinas llenas de bosques y ubicada en la costa suroeste de Noruega, la ‘puerta de entrada a los fiordos’ fue fundada por el rey Olav Kyrre aprovechando un asentamiento comercial en 1070; fue la capital nacional durante varias décadas en el siglo XIII y durante no pocas generaciones también una de las cuatro legendarias potencias mercantiles de corte germánico, la Liga Hanseática. Con estas pinceladas históricas ya puedes intuir que subyace una interesante historia en Bergen, quizá más que en cualquier otro enclave noruego.
El centro de la ciudad está envuelto alrededor de un par de puertos, y su punto de referencia más destacado (prácticamente el motivo principal de su estatus como Patrimonio de la Humanidad) se encuentra junto a uno de ellos: Bryggen se erige como un barrio histórico compuesto por edificios de manera, convertidos desde el siglo XIV hasta mediados del XVII en el cuartel general hanseático. Esta particular naturaleza lo convirtió en pasto de llamas para diversos incendios, el más reciente en 1955; pero la franja de 62 edificios que aún se conserva ofrece un espectacular viaje al pasado: calles estrechas, fachas inclinadas y galerías colgantes, todas ellas ocupadas por pequeñas boutiques, restaurantes y otros comercios obligados para el turista.
Para tener una idea de cómo fue todo en sus buenos tiempos, el Museo Hanseático (arriba) representa un verdadero must: se trata de una casa unifamiliar de cuatro pisos cuyos muebles de época (aparentemente, las literas eran de rigor) se completan con exposiciones de gran interés, narraciones audiovisuales y, como no podía ser menos, manojos de bacalao seco. Como advertencia preventiva, llamar hogar a aquellos cuartos oscuros y tan cerrados se me haría tarea difícil.
Como visitante, encontrarás en Bergen diversos puntos de referencia:
– El moderno Museo Bryggen, multimedia, construido alrededor de los restos de las casas más antiguas de la ciudad.
– El Fisketorget (Mercado de pescado, abajo), justo en el epicentro de la ciudad, sobre el puerto de Vågen: se trata de una gran colección de puestos que venden comida, flores y, por supuesto, muchos tipos de pescado, tanto frescos como envasados. Creo que nunca había visto tanta variedad de caviar en toda mi vida. ¡Espectacular!
– El funicular Fløibanen, que lleva hasta un precioso mirador en una de las colinas circundantes: espectaculares vistas panorámicas de la ciudad, amén de turas de senderismo y la inevitable tienda de souvenirs. Un lugar bastante concurrido.
– Bergenhus, la fortaleza local; de hecho, en la actualidad todavía existe un contingente militar allí. En su interior destacan Hakon’s Hall (Salón de Hakon), del siglo XIII, la Torre Rosenkranz y un museo militar que alberga exposiciones sobre la resistencia de Bergen contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Fotos y autor: David Paul Appell