Grecia ha sabido ganarse una posición privilegiada dentro del turismo internacional, en parte, gracias a sus numerosas islas bañadas por el sol y por el mar Mediterráneo, algo que hemos abordado en más de una ocasión dentro de este blog (como aquí, aquí o aquí). Pero hoy me gustaría centrarme en Creta, la mayor de ellas (y también la más poblada, con más de 600.000 habitantes), con motivo de la nueva ruta de Iberia que une Madrid y Creta dos veces por semana: vuelo directo, con una duración de menos de cuatro horas.
Si bien cada una de las islas griegas es atractiva a su manera, pocas pueden presumir de la diversidad de Creta, con decenas de ruinas arqueológicas, cientos de playas, espectaculares paisajes y una variante propia de la cocina griega, increíblemente fresca y rústica. Suena bien, ¿verdad?
Aunque la existencia humana se remonta en esta isla a los tiempos paleolíticos de hace decenas de miles de años, el principal reclamo histórico de Creta radica en ser la cuna de la primera civilización conocida en Europa, la Minoica prehelénica, que floreció entre el 2700 y el 1450 a.C.: gracias al comercio, logró extender su influencia cultural por todo el Mediterráneo, llegando incluso hasta Egipto y hasta la actual Turquía. Se cree que se extinguieron debido a la invasión de los micénicos de la Grecia continental y acusados por las dificultades que causó la legendaria erupción volcánica de Thera (actual Santorini) a sólo 199 kilómetros al norte. El legado de los minoicos incluye obras de arte e imponentes edificios, algunos bastante elaborados.
Y es precisamente esa gran concentración de ruinas minoicas la que ejerce de principal atractivo en la vibrante capital Heraklion: se trata de la quinta mayor ciudad de Grecia y, en los últimos años, uno de los destinos turísticos que más rápido crecimiento ha experimentado en Europa. Con un corto trayecto en taxi o autobús podrás llegar a Knossos (imagen abajo), enclave histórico que mezcla ruinas arqueológicas con otras reconstrucciones pintadas de colores vivos; generaron controversia en su momento, pero lo cierto es que han conseguido traer el pasado a una nueva vida con sus llamativas columnas y frescos (la mayoría de los originales, dicho sea de paso, se encuentran en el magnífico Museo Arqueológico de Heraklion, un must en toda regla).
Si atendemos a los palacios minoicos, no podemos obviar el Phaistos, cerca de la costa sur de la isla, y Malia, en el norte, a sólo media hora hacia el oeste de la capital; no muy lejos del primero merece la pena detenerse en el yacimiento arqueológico de Gortyna, que se convirtió en un bastión del Imperio Romano cuyas interesantes ruinas se pueden visitar en la actualidad.
De vuelta a Heraklion, hay diversos puntos de interés en la ciudad más allá de Knossos. Hablamos de un enclave fundado en el 824 por un pirata que había sido expulsado de Al-Andalus; en el 961 cayó en manos del Imperio Bizantino, posteriormente perteneció a la República de Venecia, luego gobernado por los otomanos entre los siglos XVII y XIX y, finalmente, pasó a formar parte del Reino de Grecia. Con esta trepidante carrera histórica, no resulta extraño que albergue diferentes vestigios de tamaño crisol cultural: destacan las fortificaciones venecianas, que incluyen muros defensivos de baja altura y la fortaleza de Koules, y la encantadora Logia Veneciana (abajo), un grupo de edificios del siglo XVII ubicado en la calle principal de la ciudad (25 Augustou), que funcionaba por aquellos entonces como centro administrativo y social de Creta.
Por su parte, el patrimonio bizantino está reflejado en varios puntos de referencia de la ciudad, especialmente en iglesias ortodoxas griegas como Agia Ekaterini de Sinaí,Agios Markos o Agios Minas, muchas de ellas con iconos de la famosa Escuela de Creta, muy influenciada por las ideas del renacimiento veneciano.
Además del ya mencionado Museo de Arqueología, también es recomendable conocer el Museo Histórico de Creta (que incluye obras de un tipo oriundo llamado Domenikos Theotokópoulos, que viajó a España en el siglo XVI y acabó convirtiéndose en el El Greco), el Museo de Historia Natural y el Museo de Artes visuales (una interesante muestra de las artes contemporáneas locales). Y, si dejamos a un lado el apartado cultural, Heraklion cuenta con divertidas zonas para pasear, comer, beber y divertirse en una animada variedad de lugares, desde típicas tabernas hasta clubes más modernos, como los que encontrarás en la calle Korai, a lo largo del paseo marítimo o en la plaza Eleftheriou Venizelou.
Pero salgamos de la capital, porque las maravillosas playas y opciones de ecoturismo que alberga Creta bien lo merecen. Al oeste de Heraklion, la región de Réthymno cuenta con una capital del mismo nombre con un casco antiguo veneciano muy bien conservado, además de innumerables playas de primer nivel, pueblos pintorescos y oportunidad de practicar senderismo o espeleología entre preciosos paisajes. Por su parte, ocupando el tercio occidental de creta, la capital homónima de la región montañosa de Chania es un lugar encantador con su propio centro veneciano y una excelente comida local: no puedes perderte especialidades cretenses como las tartas de queso dulce kalitsoùnia, el cordero servido con espinas de achicoria, los caracoles boubouristì fritos y los pasteles kserotigana, con forma de espiral y bañados en miel.
En la campiña de Chania descubrirás cómo es la vida rural más tradicional a través de pueblos encantadores, como Kissamos, Paelochora o Sfakia; y, por supuesto, tendrás al menos una veintena de hermosas playas para elegir, como las de Domata, Elafonisi (esta es especialmente conocida), Glika Nera (esta, con una parte dedicada al nudismo), Mamara o Stavros, en la que Anthony Queen protagonizó la película Zorba el griego. También hay aquí lugar para los amantes del ecoturismo, con rincones tan llamativos como el Parque Nacional de Samaria (arriba), donde encontrarás el segundo desfiladero más largo de Europa y, según no pocas opiniones, el punto más impresionante de todo Creta. Una caminata que no te dejará indiferente.
Finalmente, al este de Heraklion, Lasithi ofrece una mezcla similar, con la única diferencia de un entorno menos montañoso. Su capital, Agios Nikolaos (en ocasiones conocida como Ag Nik para abreviar), es un puerto bullicioso y popular entre los turistas atraídos por las grandes playas cercanas. En sus alrededores podrás conocer la meseta de Lasithi, con un pueblo llamado Tzermiado famoso por sus molinos de viento encalados de principios del siglo XX; las ruinas de Karfi en las montañas Dikti; y el bosque de palmeras datileras de Vai. No se quedan atrás sus excepcionales playas, con más de ochenta para elegir, con grandes ejemplos como Asprougas, Filadelfia y Kedromouri.
Si estás buscando unas vacaciones de sol, playa y cultura en pleno Mediterráneo, Creta es un paraíso en miniatura que acabará fascinándote. Una isla de película.
https://youtu.be/tZCGagxxqRY
Imágenes: zodebala, TanjalaGica, entrechat y Saro17 | José Balido