Para muchos viajeros que se sienten especialmente atraídos por España, una de las mejores razones para recorrer este país tan diverso radica en (después de haber visitado destinos imprescindibles como Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia) descubrir otras joyas quizá no tan conocidas, pero de altísimo valor para el visitante. Buen ejemplo de ello son la ciudad y la provincia de Soria, una de las nueve que conforman la comunidad autónoma de Castilla y León: montañosa en buena medida, la provincia menos poblada de España (y, de hecho, también de Europa) ofrece un gran número de atractivos naturales, históricos, culturales y gastronómicos. ¿Me permites que te la presente?
No hay opción mejor para comenzar la ruta, a orillas del río Duero y a poco más de dos horas al noreste de Madrid, que la pequeña capital homónima de casi 39.000 habitantes. Soria estuvo originariamente poblada por las antiguas tribus celtíberas, pobladores que fueron sustituyéndose de manera paulatina por romanos, visigodos, musulmanes y, finalmente, castellanos: de ahí que el casco viejo de Soria se conciba como un tesoro de arquitectura románica, gótica y renacentista; y también para literatos, pues fue uno de los lugares donde vivió el gran poeta español Antonio Machado (1875-1939) y que le inspiró a escribir Campos de Castilla, una de sus grandes obras. “Soria, ciudad castellana, ¡tan bella! como la luna”.
Como ocurre en muchas otras ciudades españolas, el epicentro de las calles estrechas que parten del casco viejo es la Plaza Mayor (arriba), dominada por el Palacio de la Audiencia, de estilo renacentista y que data del siglo XVI, que actualmente funciona como centro cultural; también por la austera Iglesia de Nuestra Señora la Mayor, que incluye elementos románicos y góticos y fue reconstruida en diversas épocas, primero en el siglo XVI y luego en el XIX. La ubicación de Soria a lo largo de la ruta de peregrinación del Camino de Santiago ayudó a dotarla de otras imponentes iglesias y capillas, como la de Santo Domingo (del siglo XVI, con su torre románica del siglo XII), la ermita barroca de Santa María del Mirón, la cueva y ermita de San Saturio (que discurre sobre una empinada ladera sobre el río) o la Concatedral de San Pedro, en su mayoría gótica pero con un hermoso claustro románico en su interior.
También encontrarás en Soria excelentes conventos y monasterios, como el de San Polo, de finales del siglo XII y de la Orden Templaria; el de Santa Clara, de principios del siglo XIII, o el del Carmen. También hay otros puntos de referencia, como los restos del castillo medieval y las murallas de la ciudad, del siglo XIII, amén del Puente de Piedra, famoso por sus ocho arcos. Por su parte, el jardín más grande de Soria, Alameda de Cervantes (también conocido como La Dehesa), está compuesto por cientos de especies de plantas y un hermoso jardín de rosas.
¿Algo más? Claro que sí: recorre la peatonal y comercial Calle del Collado, rodeada de preciosas galerías del siglo XIX; descubre la historia y arqueología local en el Museo Numantino; o explora el legado literario de Antonio Machado y otras figuras asociadas a Soria en la conocida Casa de los Poetas.
Pero más allá de la capital también encontrarás una buena cantidad de llamativos paisajes para explorar, con bucólicos senderos, lagunas, cuevas y el espectacular cañón del río Lobos. Pero, quizá, la atracción más destacada sean las ruinas de la antigua Numancia (arriba): hablamos de un asentamiento de tribus celtíberas durante la Edad de Hierro, ubicado junto a una antigua ciudad romana que data del 133 a.C., y donde encontrarás una mezcla de ruinas y estructuras celtíberas reconstruidas, como casas y torres de vigilancia. Ocho meses tardaron los romanos que estaban colonizando la Península Ibérica en hacerse con este lugar, dando fruto a lo que se conoce como resistencia numantina.
Otra excursión que merece la pena, a poco más de 45 minutos desde la capital, es la pequeña ciudad de Medinaceli, concebida por muchos como uno de los enclaves más bonitos de España: mezcla de arquitectura medieval y renacentista, cuenta con el único arco romano de tres vanos existente en España.
Y si abordamos la gastronomía soriana, debes saber que se conoce por sus ingredientes sencillos y sabrosos, recetas que protagonizan las carnes de cerdo, cordero (la caldereta de cordero es uno de los manjares que podrás saborear aquí), perdiz, conejo y venado. Una especialidad local que debes probar son los torreznos, tiras gruesas de panceta de cerdo que se espolvorean con sal y se fríen en abundante aceite de oliva hasta que quedan muy, muy crujientes. Soria es una provincia que también sobresale por sus hongos (incluidas las trufas negras) y por una mantequilla excepcionalmente suave. Y, para regar toda esta buena comida, nada mejor que el zurracapote, variante local de la sangría.
Imágenes: LucVi, JavierGil1000 y ARUIZHU | José Balido